Las grasas saturadas, aquellas que son de origen animal o que se encuentran en muy determinados tipos de alimentos vegetales (el aceite de coco, por ejemplo) han sido muy mal vistas desde que se determinara que eran malas para el corazón. Pero, como siempre sucede en la siempre, estudios nuevos vienen a derribar a aquellos viejos y las cosas se miran desde un prisma diferente hoy día. Por eso mismo, no dejes de tener en cuenta algunas consideraciones al respecto.
Un enemigo que ya no lo es tal
Hasta hace algunos años, hablar de las grasas saturadas era como mencionar a Lucifer entre medio de un grupo de creyentes. Pero las investigaciones científicas fueron desmitificando aquellos viejos estudios que hablaban de lo pernicioso de algunos de estos elementos, y se fueron encontrando cuestiones bastante favorables a este tipo de lípidos.
Ahora, se comprobó que no son tan dañinas para el corazón, ni para el cerebro, ni el colesterol. Y que tampoco engordan -incluso hay estudios que hablan de la bondad del aceite de coco para bajar la grasa abdominal- como se creía, y que son necesarias para cierto trabajo neuronal. Así es como ya no tantos son los que se animan a reducirlas a destajo, como solía pasar con muchas dietas bastante recientes.
Directo de su fuente, mucho mejor
Cuando comas grasas saturadas, trata de hacerlo siempre de la mejor calidad posible y también directo de su fuente. Es decir, aceite de coco, huevos, algún lácteo lo más natural posible, carne de pastoreo, pescado, pollo de granja... Pero no alimentos procesados. Esto no son beneficiosos en ningun tipo de circunstancias. Y tampoco lo es su grasa saturada.
Cierto es que si, además de atiborrar tu dieta de carbohidratos, añades grasas saturadas provenientes de alimentos procesados, pues todo es doblemente peor. Así es como sólo debes mantenerte con las que vienen en su "empaque original".
3 Comentarios en "Las grasas saturadas, no tan malas como creías"
OK, SON TOTALMENTE INFORMATIVOS
en algunos caso si
ME INTERESA SABER MÁS SOBRE ,TODA INFORMASION PARA LA SALUD-----
ATTE, ANGELES