Cuentos clásicos infantiles
Los cuentos clásicos infantiles son relatos en general cortos, que se transmiten de generación en generación, en forma oral. Tal es así que se van creando diferentes versiones del mismo. No obstante, autores famosos como Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm o Charles Perrault, por ejemplo, sin olvidar al más cercano Walt Disney, han recreado sus propias versiones de muchos de los cuentos para niños más famosos, atesorados por la humanidad durante siglos.
¿Cuáles son?
¿Te preguntarás cuáles son los cuentos clásicos infantiles? Estoy segura que ni bien te los nombre, podrás evocarlos, ya que son muy conocidos en todo el mundo y algunos llegan a ser muy populares. Entre ellos, se encuentran cuentos como Caperucita roja, Blancanieves y los 7 enanitos, Cenicienta, La bella durmiente, El patito feo, Pulgarcito, La sirenita, Hansel y Gretel, El gato con botas, La bella y la bestia, Alí Babá y los cuarenta ladrones, Aladino y la lámpara maravillosa, Peter Pan, Pinocho, Simbad el marino, Bambi, sólo por nombrar algunos de los más famosos, que seguramente, te remontan a tu más tierna infancia.
¿Cómo terminan?
A menudo, los cuentos clásicos infantiles terminan con alguna fórmula común, establecida a través de la repetición. Así como generalmente comienzan con el tradicional "Había una vez..." o "Érase una vez..." o "En un lejano país..." suelen poner fin a la historia con algunas frases ya clásicas. Algunas de las más impuestas son:
- "...y colorín colorado, este cuento se ha acabado."
- "...y fueron felices y comieron perdices."
- "...y aquí se acaba este cuento, como me lo contaron te lo cuento."
Cada cuentacuento queda habilitado para cerrar a su modo, pero por definición, existe cierto consenso en que los finales siempre son felices y dejan alguna lección.
¿Para qué sirven?
Ahora bien, a menudo cuestionados por la violencia de sus relatos, cabe preguntarse para qué sirven los cuentos clásicos infantiles. Puede que no haya una sola respuesta.
- Para calmar los temores nocturnos de los más pequeños. Cabe señalar que los personajes de estos cuentos pasan por los mismos miedos, dudas e inseguridades de los niños pequeños. Los cuentos clásicos en los que siempre triunfa el bien y el mal es derrotado, tranquiliza sus fantasmas. No en vano, en general se cuentan a la hora de ir a dormir.
- Para incorporar conductas. Por otra parte, se ha repetido hasta el cansancio, que los cuentos clásicos transmitirían enseñanzas y lecciones que permiten que los niños tomen consciencia de las consecuencias de sus actos. De tal modo, no sólo van incorporando los valores de la sociedad en que viven, sino que además, se van haciendo responsables.
- Para estrechar lazos entre generaciones, ya que los cuentos clásicos infantiles, más allá de sus recreaciones, siempre son los mismos cuentos y su conocimiento une a todos los integrantes de la familia.
¿Por qué se siguen contando los cuentos clásicos?
Lo cierto es que los cuentos clásicos infantiles se siguen contando a través de los siglos, adaptándose a los tiempos que corren, alterando el curso de los acontecimientos, modificando sus finales o aportando una mirada diferente. Pero..., ¿Por qué ocurre esto?
Se podría pensar que, por un lado, porque apuntan a lo más profundo de las preocupaciones infantiles. Pero no sólo por eso, sino aún más, porque con su estructura fija y previsible, dan una seguridad que los niños necesitan. Incluso, porque es una forma de transmitirle los valores de la sociedad en que vive.
Lo cierto es que los cuentos clásicos infantiles se han ido modificando con el tiempo y dichos cambios dan cuenta de estructuras muy arraigadas en el inconsciente de la humanidad
Cuentos clásicos adaptados a la actualidad
No obstante, a muchos cuentos clásicos infantiles bien les viene una adaptación, que los torne más compatibles con el mundo de los niños en la actualidad. Los personajes estereotipados de sus versiones tradicionales van perdiendo vigencia. Así han surgido diversas versiones que se han actualizado de diferentes formas, muchas veces transgresoras y contradictorias con la versión original.
En cualquier caso, estos cuentos son una valiosa oportunidad para invitar a los niños a reflexionar y reinventarlos. Aquí tienes tres propuestas para llevarlo a la práctica.
Cuentos clásicos al revés
En contraposición con un universo de malos y buenos en el que siempre triunfa el supuesto bien, es importante desarrollar en los niños una mirada más amplia, que contemple la empatía.
Lo cierto es que ni el lobo que se comió a Caperucita roja era tan malo, ni el leñador que le abrió la panza al lobo para rescatar a Caperucita era tan bueno. De hecho en la versión original, dicho leñador ni siquiera existía.
con finales diferentes
En efecto, en la versión original de Caperucita roja, sólo por seguir con un ejemplo por todos conocido, el cuento terminaba antes de la llegada del leñador. Los finales felices no eran un requisito de los cuentos clásicos infantiles en su origen.
Tampoco la moraleja de la inconveniencia de conversar con extraños. En algún momento, un sentido se impone por sobre otro, en la medida que refleja las necesidades de reproducción de una determinada cultura.
desde otro punto de vista
Hoy que los niños son mucho más conscientes que los adultos de la importancia del cuidado del planeta, comprenden fácilmente que el lobo, como animal carnívoro que es, sólo lucha por su subsistencia y que el bosque es su territorio. En contraposición, un cazador quizás mate a un pequeño lobezno, sólo por el placer de cazar.
Más allá que un cuento siempre puede ser contado al revés, existen muchos puntos de vista que resultan muy enriquecedores para que los niños desarrollen la capacidad de análisis en la sociedad en que viven. Echar otra mirada sobre los cuentos clásicos es una maravillosa oportunidad para estimular la mente infantil.
Otros cuentos infantiles
¿Te apasionan los cuentos infantiles? Pues si es así, a continuación encontrarás más cuentos para los más pequeños de la casa. Espero que los disfrutes, contándoselos a tus niñ@s y reversionándolos con ellos.
- El de los tres cerditos y el lobo feroz. Esta antigua fábula que Walt Disney llevó al cine, te dará la oportunidad de una larga y sustanciosa charla con los más peques de la casa, que se incentivarán para dibujar y pintar sus propios personajes de cuento.
- Los mejores para ir a dormir. Los cuentos siguen cumpliendo esa insustituíble función de llamar al sueño. A la hora de dormir, nada de historias de terror. El secreto es lograr que se duerman antes del fin.
- Con lecciones para reflexionar. Siempre que sirvan para reflexionar y no para colocar a los niños en una jaula bajo 4 llaves de patrones impuestos y arbitrarios, las fábulas seguirán atrayendo la atención de los pequeñines.
- Cortos de Navidad. Por último, el clima festivo de la Navidad, está poblado de bonitos cuentos que a los niños les encanta escuchar, en especial, si te tomas un tiempo para ello, mientras arman juntos el árbol.
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