Recientes investigaciones en el campo de la neurología y la Física ponen de manifiesto que el cerebro está programado para buscar la belleza
Al parecer, son los marcadores biológicos los que influyen en nuestro cerebro cuando buscamos la belleza. Según estos estudios, el cerebro recibe determinadas instrucciones que ya están grabadas en la estructura genética de cada individuo. Ocurre que con el paso de los años, miles de factores van marcando y modificando esta morfología inicial.
El estudio evidencia que según la exposición a la testosterona en la etapa fetal, el individuo se decantará más por un determinado tipo de relaciones que por otras y, esto es, por la propia huella que queda registrada en el cerebro de la persona. Lo que sí parece estar claro que una de las directrices del cerebro, siguiendo estos parámetros, es que busca decididamente la belleza, al menos lo que cada uno entiende como tal. Así, cuando vemos un rostro que nos agrada es porque simplemente estamos "programados" para ello, según los expertos.
Cuestiones como la fertilidad en el sexo opuesto, la apariencia, el aspecto exterior, signos distintivos de salud son factores que atraen "cerebralmente" a los individuos, según esta tesis.
Además, estos estudios llegan más lejos y hablan de la necesidad que tiene nuestro cerebro de buscar la perfección fijándose en patrones como la simetría de formas o volúmenes, factor determinante a la hora de tomar una u otra decisión. Así, desde nuestra edad infantil, según la investigación, buscamos esta perfección a través de rostros simétricos que nos parecen más agradables que el resto. Nuestro cerebro no sólo observa esta simetría facial, sino que se fija y analiza, al mismo tiempo, la simetría de todo el cuerpo.
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