Los platos preparados son un estupenda solución para las personas que no tienen tiempo de cocinar en su día a día. Para poder comer a diario este tipo de comida hay que buscar un producto que sea verdaderamente natural y cocinado como en tu casa, que modere las grasas y la sal y que use aceite de oliva de calidad. Pero sabido esto... ¿Debes elegir platos preparados congelados o platos preparados refrigerados?
Es sabido que desde el punto de vista del marketing los alimentos refrigerados “venden más”, porque se asocian con productos frescos. Pero no siempre esto es así. ¿Por qué? La explicación es sencilla:
Desventajas de los platos preparados refrigerados
Caducan más rápido
Es fácil sospechar que un alimento fresco, envasado y con una caducidad de entre 45 días y varios meses debe "ocultar" algo, ya que la comida es perecedera y su caducidad en condiciones normales es muy inferior a estos márgenes de tiempo que se acaban de comentar.
Tienen más conservantes
Los platos preparados refrigerados con una caducidad de unos 45 días y que se conservan en refrigerado, suelen llevar una concentración considerable de conservantes.
Muchos no declaran los conservantes añadidos
En ocasiones, dependiendo de la cantidad de conservantes añadidos y de su procedencia, no resulta obligatorio declarar en el etiquetado algunos tipos de conservantes por lo que algunas marcas no los indican para que el consumidor acepte su producto con mayor confianza por ser "muy natural", cuando en realidad sí contiene químicos en su composición.
Están más expuestos a bacterias
Tampoco debes olvidar que, a temperaturas de refrigeración (sobre todo en frigorífico doméstico), la actividad bacteriana y enzimática, aunque más lentamente, sigue avanzando. De este modo, el alimento se irá deteriorando poco a poco a medida que pasan los días. Es evidente que la calidad, textura, sabor y valor nutricional de estos productos es distinta si lo consumes el día de envasado que si lo consumes los días antes de caducar.
Se someten a procesos que permiten la pérdida de nutrientes
Hay otras marcas que recurren a técnicas como la esterilización del producto para que se mantengan alrededor de un año a temperatura de ambiente. Para conseguir esto, someten al producto a unas temperaturas muy altas durante una fracción de tiempo que puede ser mayor o menor. Esto hace que toda la flora del producto muera y al no contener bacterias, el producto no se deteriora. Sin embargo, estas altas temperaturas destruyen algunos nutrientes (sobre todo vitaminas) y alteran notablemente el sabor y la textura del alimento, haciendo de él un producto poco nutritivo y menos agradable para el paladar.
Ventajas de los platos preparados congelados
Se conservan sin necesidad de químicos
El congelado es una técnica de conservación totalmente natural y avalada por miles de años en la historia de la humanidad.
No están expuestos a bacterias
Lo que consigues con el congelado es que las moléculas de agua formen una malla rígida (agua sólida) que impide cualquier tipo de actividad bacteriana. Es por tanto, un paréntesis en la vida útil del alimento o dicho de otro modo, “el tiempo se para” para dicho alimento.
Son aptos para consumo diario
Sabiendo esto, es evidente que usando el congelado, resulta totalmente innecesario hacer uso de cualquier tipo de conservante, teniendo la opción de conseguir un producto realmente natural de verdad, apto para consumir a diario (como la comida casera).
No pierden sabor al descongelarse
Si cocinas los platos y en seguida congelas, consumes ese plato y es como si lo comieses recientemente. Eso es algo que se nota en el sabor.
No pierden nutrientes
No existe prácticamente pérdida alguna de nutrientes (salvo en el caso de la vitamina C, que es muy sensible y también se destruye durante el cocinado casero, en refrigeración y por supuesto en esterilización. Esto es fácil de compensar tomado fruta fresca entre horas). Se puede afirmar por tanto, que los alimentos congelados son iguales o más nutritivos que los refrigerados. De hecho, hasta se pueden congelar verduras.
No cambian su textura natural
La textura es la parte más compleja del congelado. Para conseguir una textura ideal, hay que congelar a temperaturas especialmente bajas (esto es imposible conseguirlo en un congelador doméstico) para conseguir que el agua que aparece dentro de las células se congele a la vez que el agua extracelular. Este hecho impide que haya rotura de los tejidos, y el alimento una vez descongelado resulta jugoso y agradable en textura.
No hay comentarios