Si haces siempre el mismo ejercicio con la misma intensidad, al cabo de un tiempo el mismo no resultará tan efectivo, por lo que no surtirá el efecto que producía al principio, eso determinará que tu rutina quede atascada sin posibilidad de seguir avanzando.
La pelota es un elemento que de acuerdo como se utilice puede generar más seguridad y facilitar la ejecución de una tarea, o por el contrario, generar más inestabilidad y por tanto mayor intensidad.
- De espaldas al suelo. Coloca las piernas estiradas sobre la pelota, de modo que establezcan contacto los talones hasta la altura de los gemelos. Brazos al costado del cuerpo, palmas contra el piso. Eleva la cadera hasta formar una línea entre el tronco, hombros y los talones. Repite 10 veces.
- Sentada sobre la pelota. Tronco derecho. Abdominal activado. Tienes que rebotar sobre la pelota varias veces. Este ejercicio que parece fácil y hasta propio de niños, en realidad es una manera de fortalecer y trabajar toda la musculatura profunda de la pelvis, como así también la reeducación postural. Ya que debes, en cada rebote, sostener la postura inicial, sin hundir el cuello, manteniendo la espalda recta, el abdominal activado y la cabeza estirada como si pendiera de una cuerda del techo.
- De espaldas al suelo. Piernas flexionadas, pies apoyados contra el piso. Toma la pelota con los brazos estirado y dirígela hacia arriba. Eleva el tronco haciendo un abdominal, pero dirige el balón hacia el techo, de ninguna manera tiene que ir hacia el frente. Vuelve y repite. Recuerda espirar cuando subes e inspirar cuando bajas.
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