Oración a Jesús Sacramentado en momentos difíciles

Qué es la adoración a Jesús Sacramentado

Conoce en el siguiente artículo, una de las tantas figuras católicas a las que se reza para pedir por situaciones complicadas como enfermedads o problema complejos.

Jesus Sacramentado es una típica figura de devoción para los creyentes católicos. Conoce a continuación de dónde viene el nombre y algunas oraciones para invocar su presencia

Quién es Jesus sacramentado

La figura de Jesus sacramentado hace refrencia al mismísimo Cristo. Es una forma de llamar al Jesús que cargó la Cruz en sus hombros y fue crucificado en ella.

El "sacramento" es entre los creyentes, signo material de la presencia de Dios entre los hombres. Este signo material suele ser representado en la misa por la "hostia". Durante la misa, el sacerdote repite los pasos que hizo Jesús en la última cena:

“Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: ‘Tomen y coman; esto es mi cuerpo’. Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: ‘Beban todo de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por muchos, para el perdón de los pecados”

Se dice que en el momento de consumir la hostia, es el momento en el que recibes a Cristo dentro tuyo, más precisamente la figura de Jesús Sacramentado.

Oraciones cortas a Jesús sacramentado

Conoce a continuación algunas de las alabanzas a Jesús sacramentado más populares y comienza a rezarlas.

Oración a Jesús sacramentado por los enfermos

Oh amado mi señor Jesús Sacramentado, tu que estas vivo en el Sagrario
ante tu pies te pongo toda las intenciones de nuestros enfermos del mundo
entero, para que con esa luz tan brillante y llena de piedad y misericordia
los ilumines en los momentos difíciles y angustiado
que viven en su cuerpo y en su alma
derrama esa paz que eres tu Señor en ellos
así sea.
Amén

Oración a Jesús sacramentado antes de dormir

Ahora que el destello de la luz se apaga,
te imploramos, Creador:
con tu paternal misericordia,
que nos guardes bajo la luz de tu amor.

Que nuestros corazones sueñen contigo:
que en el sueño, puedan sentirte.
Cantemos nuevamente tu gloria
al brillo de la mañana que va a surgir.

Concédenos salud en esta vida,
renueva nuestras energías;
ilumina con tu claridad
la terrible soledad de la noche.

Oh, Padre, escucha nuestras plegarias,
óyenos por Jesús, Nuestro Señor,
que reina para siempre en tu gloria,
contigo y el Espíritu de Amor.

Imágenes de Jesus sacramentado

Por lo general las imágenes que representan a Jesús sacramentado son aquellas que hacen referencia a la última cena, o que poseen en su composición, el cálice con el que se bebe el vino o la ostia que representa al pan repartido entre los comensales.

15 minutos en compañía de jesús sacramentado

Conoce una tradicional canción cristiana que cuenta de qué forma acercarse hacia Jesús para encontrar la iluminación y la sabiduría para resolver los problemas terrenales:

Canción "Quince minutos en compañía de Jesús Sacramentado"

No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías a tu madre, a tu hermano.

¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera?
Dime su nombre, bien sea el de tus padres o hijos, bien el de tus hermanos y amigos; dime enseguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas.

Háblame así, con sencillez, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón especialmente ama?

Y para ti, ¿necesitas alguna gracia?
Hazme, si quieres, como una lista de tus necesidades, y ven, léela en mi presencia. Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad, envidia; que eres tal vez egoísta, inconstante, negligente, perezoso...o tal vez juzgas muy fácilmente a los demás o hablas sin caridad de ellos; y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para quitar de ti tales males.

No te avergüences, ¡pobre alma! ¡En el cielo hay tantos justos, tantos Santos de primer orden, que en su momento tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad; y poco a poco se vieron libres de ellos. Menos aún vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, amor, amistades que te sean provechosas, paciencia, alegría, éxito en tus trabajos, negocios o estudios; todo eso puedo darte, y lo doy libremente, y deseo que me lo pidas, siempre y cuando no se oponga, antes bien favorezca y ayude a tu santificación.

Hoy por hoy, ¿qué necesitas?
¿Qué puedo hacer por ti? ¡Si supieras cuántos deseos tengo de favorecerte! ¿Traes ahora mismo entre manos algún proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. Quiero saberlo de ti. ¿Qué te preocupa? ¿Qué piensas? ¿Qué deseas? ¿Hay algo que quieres que haga por tu hermano, por un amigo, por tu superior? ¿Qué desearías poder hacer tú por ellos?

¿Y por Mí?
¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho, y que viven quizás olvidados de Mí? Dime qué cosa llama hoy particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente, y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, a donde me place.

¿Sientes acaso tristeza o mal humor?
Cuéntame todo, pobre alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio? ¿Quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas las heridas del tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición.

¿Temes por ventura?
¿Sientes en tu alma vagas melancolías, que no por ser infundadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora olvidadas se alejan de ti sin que les hayas dado un motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculos a tu santificación.

¿Y no tienes tal vez alegría alguna que comunicarme?
¿Por qué no me haces partícipe de ella como a un buen amigo? Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho como sonreír tu corazón. Quizá has tenido una agradable sorpresa, quizás has visto disiparse algún temor o recelo, quizás has recibido buenas noticias, alguna carta o muestra de cariño. Tal vez has vencido alguna dificultad o salido de algún lance apurado. Obra mía es todo eso, y yo te lo he proporcionado. ¿Por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud, y decirme sencillamente, como un hijo a su padre: « ¡Gracias, Padre mío, gracias! » El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido.

¿Tienes promesa alguna para hacerme?
Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente; pero a Dios, no. Háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a aquella ocasión de pecado? ¿De privarte de aquel objeto que te dañó? ¿De no leer más aquel libro que exaltó tu imaginación? ¿De no tratar más aquella persona que turbó la paz de tu alma?

¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has mirado hasta hoy como un enemigo?

Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones habituales, al taller, a la familia, al estudio; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda, en cuanto puedas, silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que también lo es tuya, la Virgen Santísima, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.

Otras oraciones católicas a Jesus

Si te han gustado las oraciones a Jesús Sacramentado, aquí te comparto tres oraciones más a las diferentes figuras representadas en Jesús:

  • Oración de Niño Jesús de Praga: el Niño Jesús de Praga es una figura popular dentro el cristianismo a la que se le reza y adora desde siglo XVI. Conoce una oración milagrosa el Niño Jesús de Praga para el amor, la salud y el trabajo.
  • Oración del Divino Niño: conoce una poderosa oración a la figura del Divino Niño para asuntos urgéntes y casos complejos.
  • Oración al Sagrado Corazón de Jesús: se trata de otra figura icónica del cristianismo a la que se le reza para pedir milagros y por problemas urgentes.
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Comunicadora social. Apasionada de la astrología como herramienta de crecimiento personal.

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