¿Por qué es tan cuestionada la soja o soya?

La soja o soya es un alimento que durante los últimos años aumentó su producción y cada día forma parte de las dietas de muchas personas, por su bajo costo, para suplantar las carnes y por su versatilidad para introducirla en diversos platos. Sin embargo detrás de este gran comercio y de sus propiedades nutritivas, esta legumbre tiene su mala reputación. Tanto es así que hasta se recomienda excluirla completamente de tu alimentación, conoce alguna de las razones por la cual es mejor decirle adiós a la soja.

Partiendo de que cerca del 99% de la soja que se distribuye está modificada genéticamente sumado a que no hace falta consumir productos de esta legumbre, sino que puedes encontrarla en muchos alimentos procesados, como galletas y hamburguesas de carne por dar unos ejemplos.

No hay dudas de que es muy complicado evitarla completamente y mucho más es encontrarla en su versión 100% orgánica y no transgénica. Si bien la soja es considerada como parte de la dieta vegetariana casi toda la población la incluye en su dieta, lo sepa o no, en primer lugar por su inclusión en diversos alimentos como ya fue nombrado y en segundo por su difusión como baja en grasas y libre de colesterol. Hay varias formas de consumir soja, los frijoles, el tofu, el tempeh, carne (soja texturizada), el miso, leche y salsa son las más populares.

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Riesgos de la soja para la salud

Si bien la soja puede parecer la salvación para deficiencias alimentarias por su alta producción y bajo costo, la realidad es otra, muchos estudios la vinculan con la desnutrición, el colapso del sistema inmune, trastornos reproductivos, cáncer y disfunción tiroidea entre otros. Todos estos problemas no son sólo consecuencias de la soja modificada genéticamente, la orgánica también contiene naturalmente antinutrientes. Pero no todas los productos de soja son perjudiciales, los fermentados tienen propiedades más beneficiosas, pero eso es un tema que se tratará más adelante.

Relación entre el consumo de soja y el cáncer

Su contenido de arsénico y fitoestrógenos y principalmente la combinación de ambos están relacionados a mayor incidencia de cáncer de próstata. Las probabilidades podrían hasta doblarse en contacto con estas sustancias tóxicas. Esta enfermedad suele desarrollarse en hombres adultos, sin embargo el consumo de soja desde la niñez también tendría incidencia en la adultez.

Pruebas en animales demostraron que las toxinas naturales o antinutrientes que contiene la soja bloquean la acción de encimas necesarias para la digestión de proteínas. Esto puede provocar serias molestias gástricas y cáncer en el páncreas.

Los japoneses, grandes consumidores de soja demuestran índices altos de diferentes tipos de cáncer, de esófago, estómago, páncreas, hígado y tiroides.

Se cree que el consumo de soja podría actuar como protector contra el cáncer de mama, sin embargo, en 1996 se realizó un estudio sobre el tema. El resultado fue el contrario, las mujeres que consumen más soja tienen mayor incidencia de tumores malignos. Sin embargo los estudios sobre este tema son variados y hay otros que dicen lo contrario.

La Universidad Americana de Nutrición realizó estudios sobre tres tipos de cáncer, de próstata, de color y de mama. En todos los casos hubo reducciones significativas en el riesgo de cáncer en quienes consumen soja. 22% en el cáncer de mama (36% en mujeres que ya pasaron por la menopáusea), 34% en hombres de sufrir cáncer de próstata y un 30% menos en casos de cáncer de colon.

Esta confusión muchas veces se desata a partir de que algunos estudio son realizados en animales y otros en personas, mientras que cada especie puede reaccionar diferente a cada tipo de alimento.

Por ejemplo, en 1985 se llevó a cabo un estudio en ratas sobre la soja y el cáncer de páncreas, con resultados devastadores, sin embargo estos animales tiene un páncreas muy sensible a los inhibidores de proteasa que tiene la soja, cosa que no sucede en los humanos. Así que la realidad de la relación soja-cáncer no está del todo determinada, habrá que esperar a futuros estudios para ver quien da el veredicto final.

El consumo de soja es peligroso en los niños

La soya, además de contener arsénico y fitoestrógenos, tiene ácido fítico, que ningún método como el remojo, la cocción o germinación pueden neutralizar. Estos fitatos están directamente relacionados con problemas de crecimiento en los más pequeños. Sumado a las sustancias tóxicas ya mencionadas convierten a la soja en uno de los peores alimentos para los niños.

El aluminio y manganeso también presentes en esta legumbre están relacionados con problemas de aprendizaje y de comportamiento, así como también daño cerebral, mental y físico. Los fitoestrógenos que contiene la soja también debilitan el sistema inmune, tan importante en los niños, cuando generalmente se producen la mayor parte de las enfermedades.

La soja reduce la asimilación de minerales

El ácido fítico forma parte de la cáscara de todas las semillas, sin embargo, al no neutralizarse en el caso de la soja actúa como bloqueador para la asimilación de minerales como el hierro, zinc, calcio y magnesio en el tracto intestinal.

Si bien este ácido esta presente en otras semillas, éstas no se consumen en igual cantidad que la soja, así que no provocan estos problemas. Si consumes soja generalmente la incluyes en tu dieta en diversas variedades, queso de soja, leche, texturizada, siendo un gran porcentaje de tu dieta cotidiana.

La Revista Americana de Nutrición Clínica hizo un estudio en particular sobre este tema y aseguró lo comentado anteriormente, a medida que consumes más ácido fítico el hierro dismuye su absorción, lo mismo pasa con otros minerales.

Podría reducir la fertilidad en hombres

Es sabido que la soja contiene estrógeno, o mejor dicho, genisteína que tiene efectos estrógenicos. Un estudio realizado por una revista especializada en obsetetricia y ginecología demostró que fitoestrógenos como la genisteína y daidzeína, por si solos o en combinación con otros productos químicos producen modificaciones en los discruptores endocrinos con efectos adversos sobre la fertilidad masculina.

Produce alteraciones en la tiroides

Su alta concentración de goitrógenos bloquean la producción de tiroides. Estudios realizados en Japón en 1991 demostraron que no hace falta consumir mucha soja para que esto suceda, con 30 gramos al día ya se producen cambios drásticos. Así es que su consumo se relaciona con trastornos de la tiroides como bocio , hipotiroidismo y enfermedad tiroidea autoinmune.

Es uno de los principales alérgenos

Si bien puedes ser alérgico a cualquier alimento basicamente, la soja es uno de los principales alérgenos, esta situado ente las 8 sustancias que causan reacciones de hipersensibilidad, que no es poca cosa.

Cuanta mas soja consumas, más probabilidades hay que desarrolles una alergia y al mismo tiempo aumentan las complicaciones que esto puede traerte.

Algunos síntomas son infecciones en los oídos, irritabilidad, problemas del sueños, dolores en las articulaciones, fátiga crónica y problemas gastrointestinales.

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La soja fermentada, una alternativa saludable

Pero no todo es tan malo para la soja, ya que hay formas en que puedes consumirlas con menos riesgos y más beneficios: los fermentados. Entre ellos puedes encontrar el miso, el tempeh, el natto, algunos tofus y salsas de soja (las que se realizan bajo la receta original, algo difícil de encontrar en estos días).

Y lo mejor es que consigas productos no OMG y orgánicos, algo más difícil todavía, pero no imposible. La soja fermentada es una importante fuente de vitamina K2 muy buena para prevenir problemas cardiovasculares, demencia, cáncer y osteoporosis.