Que los ingleses tienen una gran tradición en torno al té no es novedad para nadie, pero que los franceses la tengan parece un hecho digno de investigar. Al parecer tienen una tradición de té que es tan venerable como la británica, sólo que la perdieron.
El té llegó por primera vez a París a través de los holandeses en el siglo XVII, unos años antes de su llegada a Londres. Originalmente fue utilizado como una bebida que brindaba salud. El cardenal Mazarino - primer ministro del joven Luis XIV - lo tomó como medicina a diario por años.
Más tarde, el famoso escritor de cartas de Madame de Sévigné escribió de cómo cierto señor de Landgrave "bebía 4 tazas de té cada mañana", y que a pesar de que estaba muy enfermo, esta bebida "lo habría traído de vuelta a la vida¨ ante los incrédulos ojos de quienes lo acompañaban.
Uno de los primeros amantes del té en Francia fue el rey Luis XIV que bebía té a diario. Al principio lo hizo por razones de salud, para ayudar a la digestión y como medida preventiva contra la gota y trastornos cardíacos.
Más tarde el té perdió popularidad hasta que a mediados del siglo XIX cobró fuerza nuevamente.
Durante generaciones, en Francia, la búsqueda de una taza de té aceptable ha sido una obsesión para los británicos expatriados.
Las tiendas especializadas no existían y los supermercados vendían cajas de bolsitas de té de muy baja calidad para lo que un inglés está acostumbrado a esperar de una taza de té.
En los últimos años, mucha gente se ha visto beneficiada con el incremento y uso popular del comercio electrónico. Ya que pueden acceder a comprar té a través de Internet de forma fácil y sencilla.
Sin embargo, en los últimos tiempos, Francia ha experimentado una revolución del té en silencio. Con el respaldo de la publicidad de ciertas marcas que han invertido varios millones de euros, quien visite París podrá ver avisos publicitarios de té desde el aeropuerto hasta los Campos Elíseos. Esto ha hecho multiplicar el volumen de negocios relacionados al té, por seis en los últimos años.
Y en el interior de Francia de manera repentina, el té se ha instalado como una bebida común de la clase media. Los salones y casas de té especializadas se han expandido por doquier.
La gente toma clases para aprender a catar y servir el té. Literalmente cientos de variedades y mezclas están ahora disponibles para la venta en los supermercados y tiendas especializadas en el tema.
De todas maneras, para que quede claro: el té francés no es el té británico. Lo que los franceses están desarrollando es algo mucho más refinado y delicado, como corresponde a su patrimonio gastronómico.
Los franceses siempre están interesados en los orígenes de lo que comen y beben, y en las culturas que lo producen. A tal punto ha llegado la revolución del té en Francia que incluso se aconseja en restaurantes con estrellas Michelin, cómo servir el té en lugar de vino.
Se dice que algunas variedades de té van excelentemente bien con algunos tipos de queso.
Así que ya sabes, si vas de visita a Francia y eres amante del té, un buen plan puede ser investigar las nuevas casa de té especializadas que existen. Quizás tengas suerte y te encuentres con una mezcla exótica para deleitar tus sentidos.
2 Comentarios en "La cultura del té en Francia: armonía para los sentidos"
Me gustan distintas variedades, según el horario y la ocasión
Muy interesante. Quiero iniciar mi Casa de té. Info por favor.