El primer punto que destacan los defensores de la agricultura ecológica es que los productos obtenidos de esta manera contienen más propiedades nutritivas. Igualmente, aún no existen estudios científicos concluyentes que comprueben fehacientemente esto.
Vale destacar también que los cultivos ecológicos preservan en mayor medida las especies y variedades autóctonas, contribuyendo por lo tanto a conservar la diversidad biológica. Además, al eliminarse los residuos de los abonos inorgánicos y de los pesticidas, que contaminan el agua y la superficie de cultivo, se obtiene un producto mucho más saludable.
Hay que estar atentos a un detalle importante: generalmente, las frutas ecológicas presentan una imagen menos atractiva, en cuanto a color, brillo o tamaño. Esto se debe a que los agregados artificiales resaltan estos elementos. Ahora bien, ¿le parece más importante la imagen de lo que consume o el efecto que puede causar en su salud?.
El precio, muchas veces más elevado debido a que el proceso de cultivo insume mayor cantidad de mano de obra, y el tiempo menor de conservación con respecto a las frutas tradicionales, son dos condicionantes para el desarrollo del mercado de frutas ecológicas.
Sin embargo, el aumento de la conciencia ambiental en muchos sectores de la población y la creciente información acerca de las desventajas de los aditivos artificiales en alimentos, ha incrementado el interés en las frutas ecológicas. Sin dudas, se trata de uno de los tantos avances que necesitamos como sociedad para apuntar a un verdadero desarrollo sustentable.
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