Está claro que el 90 por ciento de la constitución de la cerveza se la lleva el agua. Entonces, no hace falta pensar lo importante que será la elección y el uso de una buena agua para producir tu cerveza casera. Suele suceder que, en muchos lugares, el agua contiene impurezas o excesivos niveles de minerales como el cloro o el arsénico, que pueden incidir directamente sobre el resultado final de la producción.
Una excelente manera que tienes de filtrar el agua para quitarle las impurezas o indeseables es con un filtro de carbón. Puedes adquirirlo en alguna tienda, o sino prepararlo con carbón en polvo. Si te resulta difícil o prefieres algo mucho más sencillo, no tienes más que hervir el agua. Una vez que se enfríe, y esto es muy importante, SIN REMOVERLA, la traspasas con algún artefacto de succión a otro recipiente. Pero sólo haciéndolo hasta el 75 u 80 por ciento de la capacidad original. Es que la mayor cantidad de minerales quedarán en el fondo.
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