En efecto, la posición de la cabeza determina las curvas que adopta la espalda, por tanto, "reforzando" la musculatura de la cadena posterior, a veces se logra solo el hundimiento de las vértebras y el aumento de las curvaturas que paradójicamente se quieren suavizar.
La cabeza hacia adelante (antepulsada), provoca un aumento de la curvatura dorsal (cifosis), lo que comúnmente se denomina "joroba" o giba.
Esa curvatura dorsal, produce en forma compensatoria, un incremento de la curvatura lumbar y cervical (lordosis) aplastando las vértebras de esa zona y produciendo frecuentemente lumbago y patologías diversas, como hernias y protusiones.
La solución no es reforzar la musculatura posterior del cuello de modo que la cabeza recupere su verticalidad, ya que en el mantenimiento de la postura, los músculos sólo son actores secundarios.
Por el contrario, hay que intentar realizar ejercicios donde se desarrolle la percepción y conciencia corporal para localizar rápidamente la postura de la cabeza en relación con el espacio.
Esta información se analiza rápidamente a nivel cerebral y a partir de ahí se regulan los pequeños ajustes, mediante contracciones musculares, para mantener o recuperar el equilibrio.
Llevar la cabeza hacia arriba, como si estuviera pendiendo de una soga desde el centro, es una de las maneras básicas a la que puedes recurrir para comenzar a desarrollar el sentido perceptivo en tu cuerpo y mejorar la postura corporal en cualquier acción que realices.
1 Comentario en "Postura corporal y posición de la cabeza"
Estos artículos son de suma importancia para ampliar las formas de intervención de los que nos dedicamos a la terapia física.