Dieta mediterránea y salud cardiovascular

Conocido ya el magnífico papel que la dieta mediterránea juega en la obtención de una salud "de hierro" gracias a sus ingredientes y los aportes que éstos aseguran a nuestro organismo, estudios recientes señalan que también la forma de cocinar sus platos contribuye de forma muy importante a garantizar un organismo sano, especialmente en lo que a enfermedades cardiovasculares se refiere.

El modo en que se cuecen los ingredientes utilizados en los guisos pueden determinar la conservación o no de ciertos aportes que, en un momento dado, pueden marcar la diferencia entre la participación efectiva o ineficaz de determinados ingredientes en una dieta saludable.

Asimismo, la cantidad y calidad del aceite utilizado en las frituras puede determinar que el plato cocinado contribuya o no a la prevención de males como la hipertensión arterial, diabetes u obesidad, por señalar algunos ejemplos.

Los expertos aconsejan seguir a pies juntillas los consejos de nuestras madres y abuelas y elaborar los platos de dieta mediterránea tal y como marca la receta, ya que no es por casualidad que los países mediterráneos presenten la mejor esperanza de vida del planeta y, además, las más bajas tasas de cardiopatía isquémica.

La cardiopatía isquémica es un conjunto de enfermedades que afectan al corazón como consecuencia de trastornos en el aporte de oxígeno al miocardio –también conocido como riego coronario-. Su aparición puede presentarse de forma radical y momentánea, tal y como sucede con el infarto de miocardio o, por el contrario, subsistir de forma crónica a lo largo de toda la vida, como ocurre con la angina de pecho estable.

En la lucha y prevención de este tipo de enfermedades concurren como métodos recomendables la asunción de una dieta saludable –la mediterránea es la que parece diseñada ex profeso para ello- y abandonar el consumo de tabaco y la ingesta excesiva de alcohol.