Los repollos son unas de esas hortalizas que no tienen demasiados secretos a la hora de su elección y conservación. Incluso podrás mantenerlos frescos y en condiciones por bastante tiempo. Siempre y cuando los hayas escogido bien.
Los mejores repollos son aquellos que se ven bien crujientes, compactos, pesados y duros. Cuando los veas con el centro muy seco, partido, viscoso o leñoso, o acaso si sus hojas están marchitas, déjalos pasar y busca unos que estén más frescos.
A la hora de la conservación de los repollos o berzas, lo más efectivo es colocarlos en una bolsa plástica agujereada, para facilitar la respiración de los mismos. También lo aconsejable es guardarlos por separado de otros alimentos, ya que los repollos suelen despedir olor y más con el transcurso del tiempo. De esa manera, pueden llegar a durar hasta tres semanas. Además resisten ser encurtidos o preparados en conserva, lo que aumenta su tiempo de vida útil.
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