Libra

Si eres nativo en Libra y quieres conocer cómo es tu salud en el plano astral, en el siguiente artículo te compartiré información precisa sobre tus zonas vulnerables en el organismo y qué puedes hacer para prevenir diversas afecciones.

LIBRA Y LA SALUD

La zona vulnerable de los nativos en Libra se encuentra en los riñones. Algunos astrólogos hacen una analogía entre el funcionamiento de este órgano y la funcionalidad que tiene el individuo de Aries en la sociedad. Es decir, que Libra, cumple las mismas funciones que un riñón, eliminando los desechos inútiles y sobrantes que en la vida cotidiana pueden ser odio, rencor, envidia o desprecio. Libra es el encargado de equilibrar las energías de el mismo y de personas de otros signos. Si Libra reconoce que una relación se está convirtiendo en tóxica, no dudará en darla por terminado.

Ahora bien, volviendo a la salud física de los nativos de Libra, se ha comprobado que en muchos casos que la persona posee alguna aflicción en el plano emocional, que puede ser derivado de un problema laboral, familiar o de su entorno, el organismo tiende a expresarse a través de insuficiencias renales. Estamos hablando de cistitis, cólicos nefríticos, bacterias en el riñón y si no es tratado a tiempo de cálculos renales.

Si el riñón no realiza sus funciones correctamente, esto puede derivar en intoxicaciones sanguíneas. Para el correcto funcionamiento del riñón, una buena alimentación e hidratación es suficiente. A continuación te compartiré algunas recomendaciones alimenticias que debes tomar en cuenta si eres de Libra

ALIMENTOS QUE LIBRA DEBE EVITAR

Bebidas gaseosas y energizantes. (Harán trabajar mucho a los riñones)
Todo exceso de sal. Alimentos muy salados
Alimentos marinos con mucha sal.
Carnes grasas y alimentos fritos.
Si consume lácteos que sean bajos en sodio.

ALIMENTOS QUE BENEFICIAN A LIBRA

Es esencial y muy importante que mantengas una hidratación profunda, mínimamente 2 litros por día.
Cola de caballo (Hierba diurética)
Limón y jugo de limón (limpia el riñón)
Aceites vegetales (sin cocinar) de oliva, maíz y girasol.
Cebolla, ajo y jengibre.