Reflexoterapia en las manos

Conocida también como terapia zonal, la reflexología se basa en la estimulación de las terminaciones nerviosas de las manos, los pies y las orejas, para operar mejoras sobre la salud en general.

Criticada por algunos que la consideran una pseudo ciencia y venerada por otros que le reconocen beneficios reales sobre la salud, lo cierto es que la reflexología o terapia zonal se suma como medicina natural al cuidado del cuerpo con ausencia total de efectos secundarios debido a que no contempla la intervención de elementos potencialmente perjudiciales para la salud –como fármacos y otras sustancias sintéticas, radiaciones, etc.- en su práctica.

Aunque las zonas sobre las que se incide mediante las técnicas de reflexología sí se caracterizan por la concentración masiva de terminaciones nerviosas –también conocidas como dermatomas-, existe un intenso debate sobre si la acción beneficiosa de esta terapia zonal se debe sólo a su intervención sobre el sistema nervioso. Las corrientes más cercanas al misticismo atribuyen sus beneficios al trabajo con los flujos energéticos del propio cuerpo humano.

En cualquier caso, se trata de un sistema terapéutico –ya sea una ciencia o pseudo ciencia- cuyo origen data de al menos 4000 años. Su origen geográfico también se halla sometido a debate, con algunas teorías que lo sitúan en Egipto y otras en China e incluso en los poblados incas.

Sin embargo, y a pesar de tener más de 4000 años de historia, la reflexoterapia tal y como la conocemos hoy en día responde más al desarrollo que de sus postulados originales realizaron los médicos norteamericanos Fitgerald e Ingham, quienes la sistematizaron a partir de la división del cuerpo humano en diez zonas delimitadas por otros tantos meridianos longitudinales. Según esta teoría, los órganos del cuerpo localizados en estas diez zonas tendrían un reflejo en puntos determinados de las manos y los pies, de forma que trabajando mediante presión estos puntos se operan mejoras sustanciales en las funciones de dichos órganos.

En cualquier caso, sí parecen probados sus beneficios sobre el sistema nervioso e incluso el inmunológico, y de hecho sirve de gran ayuda en la prevención y tratamiento de jaquecas, estrés, problemas circulatorios, dolores menstruales y dolores asociados a diferentes enfermedades.