El ritual de arrojar arroz a los novios a la salida de la ceremonia, civil o religiosa, tiene una larga tradición, que reconoce diversos orígenes.
En la Edad Media, era costumbre en Europa arrojar arroz a los recién casados, sin embargo, el origen de este ritual hay que buscarlo en Oriente. Allí el arroz, al igual que el trigo, para otras culturas, es símbolo de fertilidad, aunque también se lo ha asociado a la prosperidad y la abundancia.
En cambio, en Babilonia y Mesopotamia arrojaban dulces a los novios frente a su nuevo hogar, para compartir y desear las dulzuras de la vida. A lo largo del tiempo, este ritual se fue transformando y los confites fueron reemplazados por papelillos de colores, llamados confetis.
Cuando no había suficiente riqueza para invertir en dulces, se arrojaban granos de trigo, con el deseo de que nunca faltase el pan, de allí el símbolo de prosperidad. El trigo, usado por los romanos, por influencia de Oriente fue sustituído por el arroz, como símbolo de vida, fecundidad y alegría.
En la actualidad, se ha puesto en boga el ritual de arrojar pétalos de rosa, como símbolo de un futuro dulce y pleno. Sin embargo, no es este el único ritual de amor que apela a los pétalos de rosa, también existe un hechizo para encontrar el amor con pétalos de rosas, que se apoya en atribuir las mismas propiedades, a los pétalos de esta flor.
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