Si bien en cualquier época del año podemos desarrollar mucosidades, sin dudas en los cambios de estación y con el frío es cuando tienen mayor presencia en el organismo. ¿No te parece?
Es uno de los síntomas más comunes y que pone de sobre aviso de que algo va a ocurrir. Me estoy refiriendo al moco, esa sustancia pegajosa que se presenta en resfriados y gripes.
Pero ¿para qué sirve?
Funciones que desempeña
La mucosidad cumple una función muy importante en el cuerpo, ya que es la encargada de lubricar diferentes tejidos como los que recubren la boca, la nariz, los senos nasales, la garganta, los pulmones y el tracto gastrointestinal.
El moco actúa como una capa protectora sobre estas superficies, evitando que se resequen y deshidraten. ¿Lo sabías?
Por otra parte, también actúa atrapando sustancias invasoras, como bacterias, virus y polvo. Contiene anticuerpos que ayudan al cuerpo a reconocer la presencia de los agentes invasores.
Por qué se genera
Incluso cuando estás sano, aunque te parezca extraño, tu cuerpo es ¨una máquina de fabricar moco¨. Para que te hagas una idea, produce alrededor de uno a dos litros de mucosidad por día.
La mayor parte de ese moco gotea en la garganta y la mayoría de las veces no lo debes de percibir. Pero su consistencia no siempre es igual, sino que cambia. Lo normal es que sea transparente, una especie de agua.
Por lo general, después de un fuerte resfriado o estado alérgico, el organismo activa la producción de moco para eliminar sustancias nocivas e hidratar los tejidos.
Pero, en ocasiones la cantidad de mucosidad es muy grande y en necesario controlarla para que no impida el desarrollo de las actividades cotidianas.
Cómo puedes reducir la mucosidad
Existen diferentes alternativas naturales para regularla. En general se suele utilizar antihistamínicos y descongestionantes que ayudan a que los vasos sanguíneos de la mucosa de la nariz se estrechen.
Esto produce una reducción del flujo de sangre a la zona, por lo que se congestiona menos y por ende produce menos moco.
El higo, la cebolla y el limón pueden ser una gran solución para esta afección, gracias a la combinación sabia de sus propiedades curativas.
Entre ellas se destacan el poder antiséptico, antimicrobiano y bactericida del limón, de la cebolla y de la miel.
Por su lado el higo aporta su gran capacidad para eliminar toxinas y el saúco su poder descongestionante.
Jarabe de higo, miel y limón
Ingredientes
- 6 pasas de higo
- 1 cebolla grande
- 1 limón
- Miel
- 1 litro de agua mineral
- Un puñado de flores de saúco
Preparación
- Hierve en el agua las pasas de higo, la cebolla pelada pero entera y el limón entero, a fuego lento hasta que se reduzca a la mitad de líquido.
- Tiene que quedar con una textura viscosa, almibarada.
- Antes de retirarlo del fuego, añade las flores de sauco y tapa.
- Deja reposar hasta que el jarabe ese tibio.
- Cuela y colócalo en una jarra a la que le añadirás una o dos cucharadas de miel, revolviendo suavemente.
- Cuando la preparación está totalmente fría, envasa en una botella de vidrio oscuro y lleva al refrigerador.
Cuándo y cuánto consumir de este jarabe
Toma una cucharada sopera del jarabe 3 o 4 veces al día. Para los niños pequeños con una cucharadita de postre es suficiente.
Es la solución ideal para cuando tengas los siguientes síntomas:
- Catarro
- Tos
- Flema
- Resfriado
- Gripe
Ya sabes, la próxima vez que tengas mocos... ¡Corre a preparar jarabe de higo, limón, miel y cebolla!
1 Comentario en "Jarabe de higo, miel y limón para eliminar las mucosidades"
solo voy a probar al recomendacion de ustedes. proximamente les envio comentario al respect