Cuando tienes un bebé pequeñito, estás atento a todo cuanto sucede en su organismo. Por eso, quizás algo tan simple y habitual como es el hipo, en él te parezca un motivo de preocupación, en particular, cuando se extiende por un tiempo más o menos prolongado.
Sin embargo, no hay por qué preocuparse, el hipo en los bebés, lejos de ser una razón de alarma es un reflejo fisiológico sumamente útil, que les sirve entre otras cosas, para fortalecer el diafragma, con todos los beneficios que esto tiene sobre sus funciones digestivas y respiratorias.
Ten presente esto la próxima vez que escuches hipar a tu bebé y despreocúpate.
Además, en los bebés el hipo cumple otras funciones importantes, como ayudar a liberar los gases que ingresan al lactar. En tal sentido, su misión sería similar a la de los eructos.
De allí, que no sólo no es necesario que hagas nada para evitar el hipo en tu bebé, sino que tampoco es lo indicado.
Por otra parte, los bebés toleran muy bien el hipo, justamente porque perciben el alivio que les reporta al liberar sus gases estomacales.
No obstante, si lo vieras realmente molesto, puedes quitar el hipo de tu bebé, con algunos sencillos trucos, realmente efectivos. Por ejemplo:
- Dale a beber un sorbo adicional de agua o leche. Este viejo recurso empleado en adultos, también funciona en los lactantes.
- Recuéstalo sobre el lado derecho. Este es el mejor modo para que el estómago se reacomode y libere el aire retenido.
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