Síntomas y tratamiento de la cistitis

Se trata de una dolencia que, tradicionalmente, ha sido silenciada por quien la ha padecido por cuanto que pertenece a esa familia de patologías relacionadas con temas considerados tabú hasta hace bien poco.

Y es que las molestias resultaban dolorosas y vergonzantes casi en la misma medida, razón por la cual la información e indicaciones sobre sus especiales características, diagnóstico y tratamiento solían llegar tarde y de forma sesgada.

Si bien hoy en día la situación ha variado bastante, todavía existe cierta reticencia a comunicar la existencia de este tipo de molestias al médico.

Básicamente se trata de una serie de molestias que provienen de una inflamación del interior de la vejiga. Lo sufren más las mujeres que los hombres, debido fundamentalmente a la mayor longitud de la uretra masculina, y normalmente de origen vírico.

Su sintomatología suele acarrear escozor e incontinencia de la orina, lo que a su vez conlleva también irritación de las zonas genitales externas. Elevada a estadios infecciosos graves, puede incluso ocasionar problemas más serios en los riñones.

En las mujeres sexualmente activas, la mayor parte de las infecciones víricas que originan la cistitis tienen su foco en las relaciones sexuales o, más concretamente, en las condiciones higiénico-sanitarias de dichas relaciones. Conviene, como método de prevención, beber agua antes del coito y orinar después del mismo.

En bebés también suelen presentarse con cierta frecuencia cuadros sintomáticos que pueden ser tomados erróneamente por episodios de cistitis, si bien la incontinencia urinaria se debe en estos casos más a trastornos en el desarrollo del aparato urinario e incluso episodios psicológicos del crecimiento que a otros agentes.