La fruta es beneficiosa para la salud, por lo que su inclusión en nuestra dieta constituye uno de los puntos clave para todo tipo de tratamientos: ayuda en regímenes de adelgazamiento, tratamientos energéticos, diuréticos y también durante el embarazo.
Así, ciertas investigaciones llevadas a cabo sobre la alimentación durante el embarazo han observado que los hijos de mujeres que han consumido cuatro o más manzanas al día durante el periodo de gestación, presentan una menor predisposición a padecer asma o eczemas. El estudio, llevado a cabo por científicos de la universidad escocesa de Aberdeen, se ha centrado en la observación de los hábitos alimenticios de 2000 mujeres embarazadas, que han realizado un seguimiento del estado de salud de sus hijos durante sus primeros cinco años de vida.
Si bien no se pudo precisar de forma concluyente la relación entre la ingesta de manzanas y los beneficios que ésta producía sobre la salud de los bebés, ningún otro alimento salvo el pescado mostró relación alguna con la reducción del riesgo de dichas dolencias. Las propiedades antioxidantes de las manzanas ya han demostrado su eficacia en mejorar la salud pulmonar en adultos.
Por otro lado, su alto contenido en pectinas y glicina la convierte en un antiácido natural, siendo muy indicada su ingesta para combatir episodios de acidez estomacal, mostrándose igualmente eficaz en el tratamiento de otros trastornos de tipo digestivo como el estreñimiento, gastroenteritis, colitis, etc. También ofrece beneficios notables como anticatarral, debido a sus valores expectorantes, y como hipotensor, gracias a las propiedades vasodilatadoras de la histidina.
Su alto contenido en fósforo y fibra favorecen un mejor control de los niveles de colesterol, y si riqueza en fotoquímicos como las catequizas y la quercetina la convierten en un excelente anticancerígeno.
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