Recetas de cocina afrodisíaca

Luís Benavides-Barajas es un gastrónomo zamorano residente en Granada en cuya trayectoria profesional destacan la publicación de más de una decena de manuales de cocina. El último es un dietario con más de dos mil recetas de platos destinados a potenciar el apetito sexual.

Aunque el autor ha hecho especial hincapié en que su libro "Afrodita y Eros. El amor por la comida y la comida para amar" no se trata de un libro sobre historia de la cocina, sino un compendio de recetas de uso diario, sí ha destacado que el uso de ciertos alimentos para ampliar, potenciar o provocar el apetito sexual es una costumbre anclada en la Antigüedad. Griegos, romanos y árabes –en este último caso, su tradición gastronómico-sexual pervive en la actualidad- fueron auténticos maestros en la estimulación erótica a través de manjares diversos y, de hecho, las bacanales y orgías constituían un medio de reunión social muy arraigado sobre todo en las clases sociales más favorecidas.

Otro de los detalles a tener en cuenta, destacado de forma especial por Benavides-Barajas es que la gastronomía no puede, por muy afrodisíacos que resulten los alimentos que emplee en la elaboración de los platos, pretender operar milagros en lo que a estimulación se refiere. El nivel de satisfacción o incluso la estimulación efectiva no puede depender exclusivamente de la comida, ya que hay otros factores –como el amor o la atracción física- que son primordiales sin el concurso de los cuales no hay nada que hacer.

A la hora de destacar alimentos con propiedades afrodisíacas sobresalientes, el autor enumeró algunos como los crustáceos en general, el chocolate, las trufas, el caviar, las ostras, el bacalao y algunas fritas, especias, hierbas y dulces.

El libro contiene algunas otras perlas, como las denominadas "recetas de los Papas", que hacen referencia a la época de los Borgia, en la que las orgías y el desenfreno caracterizaron la vida en el seno de Roma, o la moda muy extendida en Gran Bretaña de cocinar desnudos: la construcción de un escenario amoroso también puede tener su parada en la cocina.