La gastronomía típica india refleja perfectamente la complejidad cultural del lugar del mundo del que proviene.
La cocina india contiene una riqueza de ingredientes, matices y sabores realmente difícil de superar, que le permiten constituir, sin duda alguna, un auténtico tesoro en los ámbitos nutricional y culinario. Así, los platos de la cocina india se caracterizan por la profunda carga cultural y religiosa que llevan implícita, así como por crear un auténtico arco iris de sabores, aromas e incluso colores que, además, aportan nuevos valores de fácil aplicación para incorporar a nuestra dieta habitual.
Esta riqueza ha sido construida gracias a la impronta que diversos pueblos han dejado en las sucesivas ocupaciones sufridas por este territorio: persas, mongoles y turcos, entre otros, importaron sus respectivos estilos gastronómicos, por no hablar de los comerciantes árabes y chinos que introducían nuevos ingredientes o las religiones como el budismo, el islamismo o el propio hinduismo que, a través de sus diversos preceptos dejaron también sus influencias en el modo y naturaleza de no pocos platos.
Especial relevancia cobran los principios del ayurveda, que ha dado como resultado un estilo de cocina saludable y equilibrado sin dejar por ello de ser realmente sabrosa; dos virtudes que rara vez suelen ir unidas en gastronomía, lo que añade más valor si cabe a este ya de por sí apreciadísimo estilo culinario.
En la gastronomía india cobran gran importancia los platos vegetarianos, la complejidad de las combinaciones y la larga lista de ingredientes que los componen y, sin embargo, no precisan de manos expertas que ejecuten sus por otra parte flexibles recetas, revelándose como una gastronomía sencilla y sin pretensiones de sofisticación elevadas. Muy al contrario, el secreto de su cocina reside precisamente en la mezcla adecuada de semillas, raíces, cortezas, hojas o resinas.
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