El arte culinario tailandés goza de gran reconocimiento internacional. Cada vez más en Occidente el gusto por lo oriental y por la cocina tailandesa se hace patente, en la multitud de restaurantes especializados que proliferan por doquier.
La cocina tailandesa goza de fama universal. Única en sabor y presentación, basa su éxito en el arroz y sus ingredientes que se preparan con un especial esmero y cuidado. Así, la antigua Siam, Tailandia actual, ha sido un lugar influenciado por diferentes culturas y su refinamiento actual sigue siendo la nota predominante en cualquier restaurante del mundo que practique su cocina. Aún así, muchos de sus platos mantienen la influencia china, sobre todo en la técnica del rehogado, mientras que de la cocina hindú mantienen los "currys". A pesar de ello, conserva su propia personalidad y protagonismo, por encima de cualquier tradición culinaria foránea.
La presentación de la cocina thai es similar a la china por su minuciosidad y arte magistral, como si de una ceremonia se tratase. Destaca la presentación de las ensaladas y verduras, que se preparan con auténtico esmero, a modo de ramilletes de flores. Así, las cebollas, rábanos, zanahorias, pimientos y guindillas se colocan bajo hojas de lechuga y montañas de col cortada que forman un zócalo artístico, similar a los grandiosos templos budistas. La cocina thai se basa en el arroz que se consume hasta en el desayuno y se prepara siendo fiel a los cuatro sabores básicos: salado, dulce, agrio y picante, consiguiendo una perfecta variedad. El cilantro es muy utilizado, hojas, tallos raíces, semillas.
En cuanto al tipo de comida suele ser muy picante, aunque usan más guindillas que pimienta. También sobresale el uso del ajo, la raíz de jengibre, curry, cebolletas, albahaca, hierba de limón, calvo y nuez moscada y la leche de coco. El vino es el gran desconocido y solo se consume en los hoteles de estilo occidental.
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