En los últimos años mucho se ha hablado del cambio climático por el cual está atravesado nuestro Planeta. Y mucho de egoísmo hay en el acto de no prestarle atención a esto, porque en determinada zona no se nota tanto. En otras sí, y está resultando determinante.
Sin ir más lejos, China, el máximo bastión mundial de la producción de té, es una de las principales víctimas de estos violentos cambios en las temperaturas, las lluvias y otros factores ambientales. Al menos, así lo determinó un estudio realizado por la Universidad de Tufts (Estados Unidos).
Un grupo de investigadores se desplazó hasta determinadas regiones de China, como Yunnan (una de las mecas del té en dicho país, de donde proviene el té rojo) y fueron recabando la información de los cambios climáticos acontecidos durante los últimos 50 años. Las diferencias fueron sorprendentes.
De aproximadamente 270 días por año con lluvia, se disminuyó a unos 180 en la región de Yunnan. Los días de niebla bajaron de 180 a tan sólo 30. Por su parte, el monzón sigue llegando a la zona, aunque lo hace más violentamente y no genera el mismo efecto en las plantaciones.
Los mismos productores locales son los que sostienen que la calidad del té actualmente no es la misma que tenía hace un tiempo atrás y que no pueden cobrar el mismo dinero. El clima se hizo más impredecible y las yemas de las plantas de té brotan antes. Todo parece ser más complicado.
Lo más triste de todo este tema es que es algo que no tiene miras de solución a corto plazo. Es más, todo hace creer que va a peor. Mientras, algunas personas aún siguen poniendo en duda los efectos del cambio climático en el planeta. El té puede ser algo irrelevante para muchos, pero aquí ha puesto en relevancia los alcances que tiene este singular -y nefasto- fenómeno.
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