¿Hace falta endulzar el té?

Sin duda alguna, dentro del mundo del té, están los detractores y los benefactores del hecho de ponerle azúcar al té. Y es esto lógico, no todos tienen el mismo paladar y cada uno encontrará las circunstancias por las cuales adhiere. Yo, personalmente, voy con el bando que no le pone ningún aditivo dulce al té.

¿Por qué considero que no hace falta endulzar el té? Primero y principal, porque el té se ve alterado en sus características de sabor, principalmente, cuando se le añade un endulzante. No es el té en su estado más puro, sino algo similar, pero más dulce y sin ese encanto que tiene que tener. Después, porque considero que al té lo disfruto como tal, sin ninguna necesidad de agregarle nada más que como se lo ha concebido.

Está claro que algunas variedades pueden ir mejor dulces que otras. A algunas, un toque de algún endulzante como la miel le viene de maravilla para realzar determinados sabores. Yo, de todas formas, me mantengo firme en mi postura: el té, sin azúcar. Pero tampoco hay que ser un talibán de la cuestión y aceptar que, en algunos casos, hasta incluso puede ser beneficioso para la infusión.

De todas formas, todo queda en el paladar de cada uno. ¿Te gusta endulzar el té? Pues adelante. ¿Quieres descubrir el té en su estado más puro? Pues no lo temas. Es un gusto adquirido, algo que quizás te resulte algo fuerte en un principio, pero que se irá transformando en un deleite de los sentidos en cada paso que des. ¿O acaso te gustó la cerveza la primera vez que la probaste?

Si vas a endulzar el té, procura utilizar un producto de calidad mínimamente aceptable. Pasa del azúcar blanco refinado. Si vas a usar azúcar, que sea integral. Caso contrario, la miel, la stevia, el sirope de arce o el de ágave pueden ir de maravilla, resultando completamente naturales y también con mejores propiedades que los productos refinados, con los cuales sólo aportas a tu bebida calorías vacías. Con o sin endulzantes, ¡que nunca falte una rica taza de té en tu vida!