Naranja ecológica

La palabra "naranja" procede del sánscrito "narang" o del idioma tamil, donde se relaciona con "veneno para los elefantes" porque según una leyenda sánscrita, un elefante murió comiendo naranjas.

En esta época, la naranja se convierte en la fruta de temporada más consumida por los hogares de nuestro país. Su existencia se remonta a la antigüedad clásica cuando la mitología señalaba que en el jardín de las Hespérides ya existía este fruto, como una de sus grandes joyas. En China también se cultiva desde la antigüedad, pasando posteriormente a extenderse por todo el sudeste asiático, aunque serían los árabes los que la introdujeron en Europa. Sin embargo, el uso que se le daba a esta fruta, por su sabor amargo, era más cosmético que como producto alimenticio.

La pulpa de la naranja está formada por un considerable número de gajos llenos de jugo que contienen gran cantidad de vitamina C. Así, el naranjo dulce es el más cultivado de todos los cítricos y le siguen los mandarinos, limoneros, pomelos o limeros. Entre las variedades más comunes se encuentra la Valencia, que es la más demandada a nivel mundial y la más consumida en nuestro país. Se cultiva en Valencia y en Murcia, son de mediano tamaño y se utilizan preferentemente, aunque no sólo, para la obtención de zumos. La variedad criolla predomina en Venezuela y la mayor parte de su producción se destina a la industria. Otra es la California que se cultiva en Venezuela, de gran tamaño y de corteza gruesa. La variedad pineapple es tan importante como la de Valencia tanto como por su jugo como por su consumo al natural.

En cuanto a su cultivo ecológico hay que señalar que la forma de trabajarla cambia por completo, con una mayor distancia entre las plantas, en función a las dimensiones de la maquinaria y del tamaño de la planta. Otra característica del cultivo ecológico es el abonado orgánico, con restos procedentes de la ganadería ecológica; en este caso, el abono se inicia hasta la segunda brotación desde la plantación que debe comprender desde los meses de marzo a septiembre. También la poda ha de ser suave cuando las plantas son jóvenes y el laboreo debe encargarse de eliminar las malas hierbas y airear las capas superficiales del suelo, sin dañar ni el árbol ni la planta.