Las empresas comienzan a ejercer control psicológico a sus trabajadores

El control psicológico de los trabajadores

Un estudio de la Universidad alerta del control psicológico de los trabajadores El informe analiza «cómo las empresas sustituyen la cualificación que antes demandaban de sus empleados por la capacidad de plegarse a sus objetivos»

Un estudio de la Universidad de Oviedo alerta del control psicológico que las empresas comienzan a ejercer sobre sus trabajadores.

El estudio "Competencias para la flexibilidad: la gestión emocional de las organizaciones", ha sido realizado por los profesores Domingo Caballero y Antonio Blanco de la Universidad de Oviedo, que acaba de ser publicado por la revista del Colegio Oficial de Psicólogos de Asturias, donde se analiza "cómo las empresas sustituyen la cualificación que antes demandaban de sus empleados por la capacidad de plegarse a sus objetivos".

El informe alerta del nuevo fenómeno que se está dando en algunas compañías grandes en las que "tratan de desarrollar en los trabajadores comportamientos causalmente relacionados con un desempeño laboral eficiente". Así, la selección de personal se realiza a través de complejas pruebas que son realizadas por un avezado psicólogo, que llega a complicar la vida al candidato o candidata hasta la extenuación. El fin que se persigue es el de sacar a la superficie la verdadera personalidad del candidato/a. Y así, poco a poco, en una suerte de selección natural, donde los candidatos más débiles, los que demuestran menos capacidad de adaptación, de plegarse a estas exigencias impuestas, caen.

El método Grönholm lejos de quedar como una deformación teatral y cinematográfica de la realidad actual podría convertirse en el eje de futuras actuaciones en materia de Recursos Humanos, donde la ficción deja de serlo para convertirse en una triste y cruel realidad, según alerta este estudio de la Universidad de Oviedo.

Según estos expertos "ya no se trata tanto de saber qué conocimientos tienes, porque la mayor parte los adquirirás una vez que entres en la empresa, sino de saber cómo es tu alma, tu yo profundo, de que seas empático y simpático e interiorices los objetivos de la compañía". De esa manera, "se formaliza un contrato psicológico en el que cada trabajador no es contratado por sus méritos objetivos, sino por el grado en que es capaz de plegarse a los intereses empresariales", aseguran.

Por tanto y como conclusión, los autores del estudio advierten que ahora "los empleados están fuertemente psicologizados e individualizados", no cohesionados y, prosiguen: "el resultado es una mercantilización de psiquismo humano, una cosificación del sujeto".

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