El uso de los quemagrasas como la L-carnitina, glucagón, metionina, taurina, colina, lecitina, piruvato, creatina, entre otros es muy habitual en aquellos que deciden recurrir a soluciones parciales y fáciles, a pesar que una y otra vez, no logran alcanzar el objetivo de perder peso.
El biólogo e instructor en artes marciales, Juanjo Oya lo explica de la siguiente manera: "De las minas se puede extraer más carbón si se aumenta el número de vagonetas donde cargarlo y de mineros que las llenen. Con más vagonetas, sin contratar más mineros, no crece la producción. En el caso de los 'fat burners' (o 'quemagrasas') ocurre lo mismo.
Pongamos que el carbón es la grasa corporal y los mineros, el nivel de actividad física o consumo de energía por parte del metabolismo. Las vagonetas son la L-carnitina (la estrella de los 'fat burners'). Por más vagonetas que introduzcas en la mina, si la cantidad de mineros se mantiene, no extraeremos más carbón. Así que si no haces más ejercicio, por mucha L-carnitina que tomes, no quemarás más grasa"
La eficacia de las sustancias quemadoras de tejido adiposo corporal es debida a la práctica de actividad física, es una ayuda extra, pero de ninguna manera una forma pasiva, cómoda y repentina de adelgazar. Sin ejercicio físico, estos productos no surten efecto alguno.
La clave sigue siendo, una vez más el correcto equilibrio entre dieta y actividad física, lo que lleva a concluir que para quemar la grasa del cuerpo tienes que adquirir hábitos, disciplina, perseverancia, paciencia y esperar que los resultados lleguen como culminación de un proceso natural que respeta el ritmo biológico.
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