Plantas como medicina y alimentación, tan antiguos como el hombre

xcavaciones realizadas en culturas de la Edad de Piedra y Edad del Bronce, tanto en Europa como en África, atestiguan la utilización de plantas y flores medicinales para el tratamiento de diversas acepciones.

De hecho, existen grandes civilizaciones de la Antigüedad que basaron su desarrollo y progreso en el uso primordial de las plantas como alimento y medicina. De esta forma, los asirios, babilonios, fenicios, sumerios, cartagineses, romanos y griegos exploraron diversas prácticas curativas a través de las plantas, como elementos fundamentales en las culturas de sanación del cuerpo.

Se sabe que los egipcios ya comercializaban plantas medicinales y aromáticas y además conocían los usos de un buen número de ellas, como se constata en los papiros encontrados en las excavaciones.

Ya en el Pentsao chino (2.700 años antes de Cristo) se recoge un elevado número de plantas y drogas medicinales, para diversos usos y acepciones.

En época helenística y romana, filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles, Plinio, Galeno, Hipócrates, entre otros, dedicaron parte de su tiempo al conocimiento y estudio de las plantas.

Igualmente, en mundo maya, azteca o inca ya se utilizaban las plantas curativas por curanderos y chamanes en estas sociedades.

A pesar de su gran auge e influencia actual en las sociedades occidentales, nunca deberemos olvidar que tratar con plantas no significa encontrar el bálsamo de Fierabrás o que lleguemos a pensar que esta solución sea la panacea de la curación a múltiples enfermedades, sino un estilo de vida sano y equilibrado, donde la alimentación y los hábitos de vida sean coherentes con el equilibrio del cuerpo.

Así, las hierbas ayudan a desarrollar efectos beneficiosos para el organismo, donde los principios activos mejoran las defensas de nuestro organismo, lo fortalecen y además posibilitan un cuerpo más saludable.