No sólo contribuyen, de manera efectiva, a crear el clima deseado para tu ambientación, sino que además, existen otras razones por las que es importante considerar su utilización.
Si tienes niños pequeños en tu hogar, podrás recomponer, fácilmente, el aspecto de tus paredes, pintando sólo la parte inferior de las mismas, que es la más expuesta a sus manitos. Al mismo tiempo, si las aplicas en sus habitaciones, con motivos que ellos elijan, quedarán encantados!
Antes de comenzar, si aún no has pintado y programas hacerlo, sería conveniente que a la hora de elegir el color de las pinturas para tus muros, consideres la incorporación del motivo, con el que planeas completar la decoración del mismo.
Lograrás excelentes resultados, si seleccionas uno o dos tonos más bajos, para la parte inferior de las paredes, aunque también podrás optar por combinaciones contrastantes, que aunque implican más riesgos, si están bien integradas, pueden resultar muy interesantes.
En cuanto a la paleta con la que colorearás tu guarda decorativa, una fórmula simple y segura es emplear el tono más claro, aplicado a la parte superior de la pared, como color de fondo de la misma y el más oscuro, aplicado a la parte inferior, como color dominante del motivo.
Como regla general, la altura en la que aplicarás la guarda, deberá distar no menos de 1 metro, ni más de 1,5 metros del nivel del piso. Esto podrá variar, de acuerdo a la altura total del ambiente y a las características del mismo.
Más allá, de esta cuestiones, eminentemente prácticas, los diseños que selecciones para tu trabajo, podrán dar distinción o alegría y/o cualquier otra sensación, con la que desees impregnar tu ambiente. Podrás repetirlos o integrarlos a otros elementos del mobiliario, con el fin de lograr un todo armónico.
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