Uso de las especias: el tomillo

Las especias no sólo nos aportan aromas y enriquecen nuestros alimentos, sino que además pueden ayudar al organismo contra ciertas afecciones, como es el caso del tomillo.

Desde tiempos ancestrales, se sabe que la salvia, la canela o el tomillo, entre las muchas especias y hierbas que existen, influyen directamente en los procesos del organismo. Según una investigación llevada a cabo por científicos alemanes, el tomillo resulta eficaz no sólo para los males relacionados con los bronquios sino también contra las afecciones digestivas, como parece demostrar un reciente estudio de científicos alemanes.

Los estudiosos señalan que los receptores para el timol y el eugenol, sustancias aromáticas del tomillo y los clavos, no sólo se encuentran en la nariz de los humanos, sino también en las llamadas "células sensoriales" de la mucosa de su aparato digestivo. En sus experimentos, los científicos estimularon las células sensoriales del estómago con diferentes especias y observaron una elevación de la concentración intercelular de calcio que además aumentó la producción de serotonina, sustancia que funge de agente transmisor. La serotonina, por su parte, jugó un papel conductor en las contracciones del aparato digestivo y la producción de ácidos gástricos, lo que abre las perspectivas para nuevos tratamientos de las afecciones digestivas (estreñimiento, diarrea, inflamaciones intestinales, etc).

El tomillo es una planta de tallo y ramas leñosas que alcanza unos 50 centímetros de altura y son sus pequeñas hojas, las flores y las puntas, las que poseen esas cualidades aromáticas y beneficiosas para el organismo. En la cocina, el tomillo se suele emplear para adobar carnes, sopas y guisos.

En la cocina jordana recomiendan poner en los guisados al principio para que sus aceites impregnen mejor las carnes, mientras que los británicos acostumbran a masticar unas hojitas de tomillo para "tranquilizar el estómago".