Al contrario de lo que muchas veces se predica, generalmente, si no existe ninguna patología ósea o deformación genética, el dolor de la espalda es producto de la excesiva rigidez de músculos de la cadena posterior.
Por tanto, si hay dolor lo primero que hay que hacer es tratar de relajar y estirar toda esa potente musculatura que tiene la capacidad de deformar huesos si no se la trata de manera adecuada.
Ejercicios para el dolor de espalda
- De pie. Brazos estirados en cruz con las palmas dirigidas hacia adelante. Pies separados anchos de caderas. Inspira. Lleva los brazos estirados al frente hasta que se toquen las manos justo en la línea media del cuerpo, mientras espiras. Debes doblar la espalda ahuecando el pecho tratando de expulsar todo el aire posible. La cabeza acompaña el movimiento llevando el mentón hacia el pecho. Repite al menos 10 veces.
- De espaldas al suelo. Eleva las piernas con las rodillas flexionadas, llevándolas al pecho. Con los brazos rodea las piernas y despega la cabeza del piso. Mantén esa posición tres segundos expulsando todo el aire que puedas y regresa inspirando. Repite 10 veces.
- Sentado en una silla. Espalda recta y bien pegada al respaldo. Inclina el tronco en una flexión hacia adelante, curvando la espalda y ahuecando el pecho. Si puedes, la cabeza llega hasta las rodillas. Coloca las manos por detrás de las piernas y mantén esa posición respirando normalmente. Sostén la postura hasta que sientas que los músculos de la espalda se van estirando lentamente.
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