La electroestimulación, gimnasia pasiva sin esfuerzo

La electroestimulación es el uso de un aparato que emite un impulso eléctrico por fuera del músculo, permitiendo una contracción muscular involuntaria análoga al ejercicio de fuerza voluntario. Constituye una verdadera gimnasia pasiva, con los mismos resultados, o aún superiores, que una rutina clásica de entrenamiento de la fuerza.

El uso de electroestimuladores en cualquier parte del cuerpo sirve para:

• Tonificar
• Aumentar la masa muscular
• Desarrollar la fuerza máxima
• Incrementar la potencia muscular
• Disminuir las tensiones musculares
• Reducir dolores (TENS)
• Aumentar la capacidad de consumo de oxígeno de las fibras musculares

Para cada objetivo existe una frecuencia, tiempo de contracción, pausa de descanso y repeticiones determinadas. El resultado puede llegar a ser superior al entrenamiento convencional. Debido a que la aplicación de la voluntad es uno de los factores claves del rendimiento y no todos los días se tiene la misma predisposición para el esfuerzo, la electroestimulación soluciona este tipo de inconvenientes, es por eso que se lo denomina gimnasia pasiva.

Sin embargo, una sesión de electroestimulación, puede llegar a ser bastante intensa, en el sentido que en cada aplicación, para los programas de entrenamiento de la fuerza, hay que subir el impulso eléctrico hasta el máximo tolerable. Asimismo, si bien no se despliega esfuerzo voluntario, los músculos se contraen y relajan al ritmo del impulso eléctrico. Y, al finalizar la sesión, se sienten fatigados como cualquier rutina de acondicionamiento de la fuerza.

El uso de electroestimuladores ha venido creciendo sin parar, al punto que los deportistas de alto rendimiento lo utilizan como sustituto del entrenamiento de la fuerza, permitiendo evitar las lesiones y la fatiga que ocasiona el uso de pesas.