Enfermedades de la piel

La piel es el escudo de protección natural del organismo pero aún así, enferma como cualquier otra parte de nuestro cuerpo. Los cambios de peso, por ejemplo, pueden dañarla.

El exceso de peso constituye en sí mismo un riesgo para la salud en general. Enfermedades como la diabetes o dolencias cardiovasculares son las más conocidas. Sin embargo, la piel también sufre como consecuencia de los cambios de peso y dolencias como las varices, acantosis nigricans y otras dermatosis parecidas.

Concretamente en las mujeres, el aumento de masa corporal conlleva generalmente una mayor liberación de hormonas masculinas, lo que puede desembocar en la aparición de acné, vello, alopecia, etc.

Por otro lado, el aumento excesivo de peso ya favorece la aparición de molestias como las estrías o la irritación y el enrojecimiento de la piel en zonas cercanas a las articulaciones –ingles, axilas-.

Los expertos indican que, ante la aparición de estos problemas, la primera medida debe ser siempre perder peso. No obstante, paliar las molestias mientras pasa por seguir los siguientes consejos:

La indumentaria representa un factor importante. Se debe usar preferentemente prendas de algodón y evitar en la medida de lo posible el contacto de las zonas afectadas con tejidos de fibra sintética, más agresiva con la piel.

Debe evitarse bañarse vestido. Tanto en la playa como en la piscina, es aconsejable el uso de bañadores no demasiado ceñidos. Por otro lado, es importante secarse bien con una toalla y no dejar que la piel se seque "al Sol", ya que esta costumbre, muy habitual en verano, puede provocar que las molestias aumenten.

Por último, se aconseja aplicar pomadas –preferiblemente que contengan óxido de cinc- o talco sobre las zonas propensas al roce, como axilas, ingles, cuello…