Los cuencos tibetanos son una terapia sonora. Estos cuencos cantores vienen en diferentes tamaños y materiales, sus sonidos y el tocarlos produce un estado de relajación especial que ayudan en la meditación, reducen el estrés y tiene propiedades curativas. Sus tonos favorecen el pensamiento y alinean los chakras.
Si bien cualquiera puede usar los cuencos tibetanos, como cualquier otra actividad requiere práctica y tiempo para lograr mejores resultados. Pero no temas, desde la primera sesión te sentirás más relajado y poco a poco lograrás estados de meditación más profundos.
Algunas claves para tocar los cuencos tibetanos
- En primer lugar es disponer de buena energía, si estás enojado o molesto el resultado de las vibraciones no será el esperado. Tómate un momento, escucha música que te relaje y despeje la mente, siéntase tranquilo y piensa en cosas bonitas. Cuando tu mente esté más calmada será el momento de seguir.
- Organiza el espacio donde vas a realizar la sesión de cuencos. Si bien cualquier lugar es adecuado, lo mejor es que elijas uno tranquilo, despejado, sin teléfonos ni aparatos electrónicos encendidos.
- Coloca una mantilla o colchoneta para estar cómodo. También puedes colocar otros accesorios como plantas, elegir una habitación con una ventana, usar alguna esencia o incienso.
- Una vez preparado siéntate en tu colchoneta y coloca los objetos que vas a utilizar como parte de la terapia, uno o más cuencos y manos de diferentes materiales (son similares a las de los morteros, pero especiales para los cuencos). Cierra los ojos, respira lenta y pausadamente, libera tu mente, piensa sólo en tu respiración. Cuando tu mente este calmada abre los ojos y tómate un rato con los objetos en cuestión. Obsérvalos, reconócelos, tócalos.
- Ahora llega el momento de comenzar a conocer los sonidos que producen estos maravillosos cuencos. Sostén uno con la palma de tu mano izquierda. Sujeta la mano o mazo con la otra mano, como si fuera un lápiz o bolígrafo. Si es de los que tienen una parte acolchada ésta debe estar apuntando hacia el lado que está el cuenco.
- Golpea suavemente el cuenco, es un modo de “calentarlo”. Luego frota la mano con presión uniforme por los bordes del cuenco, en dirección de las agujas del reloj.
- Una vez que te agrade el sonido que sale del cuenco y te sientas cómodo tocándolo, es momento de volver a prestar atención a la respiración. En ese momento debes lograr una conexión entre tu respiración y la vibración del cuenco.
¿Que te ha parecido esta sensación de tocar los cuencos tibetanos? Pues seguro te ha gustado o te gustará, si es que no lo has hecho. ¡Atrévete a ir por más!
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