Este verano está siendo un momento de mucha toma de conciencia con el desapego a mi hijo, realmente estoy aprendiendo a dejarle crecer más cada día.
Durante el fin de semana que yo terminaba mi último máster se puso enfermo y mamá estaba lejos. Papá también lo tuvo complicado y estuvo fuera unas horas. Aprendió muchas cosas, sobre todo, a auto-gestionarse y atenderse a sí mismo, en un momento en el que nosotros no podíamos hacerlo. Fueron unos días de cambios y experiencias vivenciales que le hicieron crecer como persona.
Unos días después, ese quiebre y su resolución, se fue notando en nuestro día a día. Ha estado tomando las riendas en más asuntos y haciendo negociaciones conmigo, más autonomía, más responsabilidad y más compromiso.
La conclusión que puedo darte. Un momento de cambio y desarrollo es algo único y muy personal. De nada servirá que tú le ofrezcas a otra persona el momento y las herramientas para hacerlo. Es tan individual, que sólo cada uno sabe cuándo ha llegado esa circunstancia en la que se hace necesario tomar las decisiones para afrontar esa transformación. Después, el valor y el compromiso de actuar es el siguiente paso para dar el salto.
¿Estás tú en ese tiempo de cambio?
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