Cómo remediar el síndrome de vuelta al trabajo

El "síndrome de vuelta al trabajo" se produce al inicio de cada semana por factores organizacionales, personales y, también, culturales. Una tarea monótona y desmotivadora suele agobiar al empleado cuando debe volver al trabajo después del descanso del...

La llamada depresión de los lunes –esa sensación de decaimiento provocada por la vuelta al trabajo tras el fin de semana- se convierte, semana tras semana, en un molesto visitante que no quisiéramos recibir.

Se ha convertido en algo habitual la aparición de una deprimente sensación de naturaleza triste que nos invade, cada semana, a partir del domingo por la tarde y, que va aumentando, conforme se acerca el momento de iniciar de nuevo la jornada laboral, el lunes por la mañana, dejando atrás el descanso del fin de semana.

Si además nuestro trabajo consiste en tareas monótonas y desmotivadoras, la cosa toma tintes realmente dramáticos. Por eso, conseguir que los empleados se sobrepongan a este malestar a base de optimismo es una preocupación más que seria para muchos empresarios, que ven cada lunes cómo sus trabajadores vagan como alma en pena.

Hay varios factores que, si no influyen directamente en acrecentar este síndrome, al menos sí contribuyen de forma activa. Realizar una tarea que al empleado realmente le guste es algo más que evidente, pero siendo realistas, rara vez ocurre. Sin embargo, la consecución de logros, objetivos o incentivos gracias a la correcta realización de dichas tareas sí es un factor altamente positivo. Si las tareas se realizan de forma rutinaria o aburrida, es lógico que haya desmotivación. Es importante introducir variaciones que, no modificando el resultado final, sí den la sensación de heterogeneidad.

Otro factor importante lo constituye el ambiente laboral: los compañeros. Potenciar la buena atmósfera es otro medio de cambiar la dirección de la percepción que se tiene de la vuelta al trabajo. El exceso de competencia entre compañeros es totalmente negativo.

Pero hay un elemento que parece estar fuera de todo este compendio de medidas, y que realmente tiene su papel: si el fin de semana ha sido pobre en actividades sociales y lúdicas, la depresión de los lunes ataca de forma más virulenta, mientras que un fin de semana repleto de buenas vibraciones provoca una mejor predisposición a la hora de emprender la jornada del lunes. En definitiva, tan importante es trabajar bien como descansar bien.

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