No es aconsejable imponer ningún color que incomode o disguste a la persona que va a utilizar el espacio. El Feng Shui busca el equilibrio y utilizar cualquier información de forma fanática o estricta puede causar peor resultado que una corrección en si misma. En una casa familiar hay que hacer votos de unidad para llegar a un buen acuerdo, intentando respetar los espacios individuales.
También hay que decir, que un cambio fuera del gusto habitual a veces es necesario, pues a menudo cristalizamos malos hábitos o aspectos relacionados con endurecimiento de la sensibilidad. Es similar a quien se adapta a escuchar el sonido muy alto, al humo de salas cargadas, al exceso de sal o en el caso que nos ocupa a ciertos colores que influyen negativamente. Pueden empezarse con pequeños cambios que dan cabida a otros mayores. Es posible que si usted sugiere pintar toda la casa de nuevo, alguien de la familia se ponga en guardia, pero si empieza por algo más pequeño se acoja la propuesta. También es posible introducir el color a través de cambios menores en la decoración como colchas de cama, cortinas, una lámina o pintura, etc. Si los cambios tienen éxito darán pie a tratar otras áreas por la necesaria integración.
Los colores a menudo dicen sobre la salud y animo de las personas. Es difícil ver a un niño lleno de juventud y vitalidad con tonos grises o una persona deprimida con tonos primaverales, así mismo una vivienda también se viste con determinadas ropas según las personas que la habitan. Lo dado aquí son consejos generales, un estudio global de feng shui podrá indicarle otras tendencias que no son tan obvias.
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