La ciudad extremeña de Cáceres parece haberse inundado de Spas, centros de hidroterapia y otros establecimientos dedicados a la cultura del agua y su uso, con fines terapéuticos.
Basado en técnicas y usos del agua antiquísimas, el nuevo turismo surgido alrededor del agua está ocupando un papel protagonista en la oferta turística urbana, prácticamente en todas las ciudades de nuestro país. Es el caso de Cáceres, que en poco tiempo se ha visto realmente "inundado" por multitud de Spas, centros de hidroterapia, baños, etc.
Realmente es un sector que cabalga entre la oferta turística y la sanitaria. Sin saber realmente dónde acaba el ocio y dónde comienza la salud, los centros dedicados a la hidroterapia cultivan técnicas dirigidas a mejorar de igual forma la salud, la estética y el ocio.
En Cáceres la variedad en este sentido es abrumadora: desde las técnicas árabes a las orientales; de los tratamientos médicos a las curas de relax y las actividades lúdicas; de los masajes de los chorros de agua hasta flotar sobre agua salada. Especial atención merece las técnicas empleadas en los "flotarium", basados en las propiedades salinas del mar Muerto para flotar literalmente sobre el agua y aislarse de estímulos externos en una auténtica terapia relajante.
Otra técnica muy utilizada en este tipo de centros consiste en baños alternos de agua con diferentes temperaturas. Dicha técnica permite eliminar toxinas y reactivar la circulación, además de aportar una agradable sensación de bienestar.
A este tipo de oferta se han sumado rápidamente los hoteles y los gimnasios, que han incorporado a sus instalaciones áreas dedicadas a este tipo de terapias para no perder posiciones en la captación de clientes, habida cuenta del éxito que están obteniendo.
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