Cada vez que un verano termina parece significar una especie de despedida para todos aquellos que, a pesar de su condición de humanos, atesoran dentro de sí una forma de "ser acuático". Las lagunas, mares, ríos, arroyos y piscinas (no climatizadas, claro está) pasan a ser una cuestión olvidada. Al menos hasta la próxima temporada.
Pero allí están, resistiendo estoicamente cualquier temperatura y ofreciendo lo mejor de sí las aguas termales. Estas no sólo tienen temperaturas superiores a los 30°, sino que además brindan propiedades de toda clase para aquellos que las toman. Estas aguas son muy ricas en minerales, son buenas para quienes tienen problemas óseos o musculares y también sirven para alejarse del estrés.
Los establecimientos que reciben a los bañistas de "fuera de temporada" están completamente preparados para que puedas tomar un chapuzón saludable sin tener que sufrir por la temporada en la que te encuentras. Incluso algún aventurado puede osar bañarse al aire libre en estas deliciosas vertientes sulfurosas.
Además, en estos lugares, se pueden tomar baños de barro termal y descansar en un clima de spa, muy adecuado para aquellos que desean aliviar tensiones y despejar su cuerpo y mente de los quehaceres mundanos. Estos sitios, gracias a las propiedades de las aguas termales, también son perfectas para quienes buscan la belleza de su piel y cuestiones similares. Un paraíso de relax en pleno clima gélido.
Las opciones más destacadas dentro de España suelen estar en Galicia, más precisamente en Ourense, acaso la zona que más y mejores aguas termales posee en la península ibérica. Pero claro está, existen también otras opciones para tomar unos buenos baños invernales. Vamos, que el contacto con el agua no tiene que ser cosa de una temporada y encontrarás en esos sitios el regocijo que estabas buscando. Sin necesidad de llegar al verano.
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