El mundo de las cervezas artesanales es tremendamente amplio y, una vez que uno se va adentrando en el tema, se da cuenta que las variedades de cerveza que están disponibles en el mercado, son muchas más de las que parece. Así es como, además de las clásicas (y reduccionistas) denominaciones de "rubia, roja y negra", hay estilos complejos y que no salen mucho a la luz.
Uno de ellos es el conocido como lambic. Es una cerveza originaria de Bélgica y se consigue realizarla a través de un proceso de fermentación espontánea de las levaduras, haciendo que el sabor conseguido, sea particularmente más ácido y, generalmente, más frutado. De hecho, las variedades de lambic conseguidas suelen tener algún ingrediente de fruta en su contenido.
También hay otras como la rauchbier, o cerveza ahumada, que logran un carácter bastante distintivo en sus preparaciones. Ese particular sabor que tienen estas cervezas se debe a que la malta de cebada es tostada previamente, adquiriendo luego ese peculiar gusto que poseen. Son muy comunes en Alemania.
Pero hay lugar asimismo para cervezas de tipo licoroso, mucho más robustas, corpulentas y con niveles de alcohol que suelen superar la media. Por ejemplo, la variedad conocida como wee heavy, un particular derivado de las scotch ale que se produce en los Estados Unidos. Las maltas levemente ahumadas y acarameladas que se usa en esta variedad hacen que recuerde a bebidas como el brandy o el whisky.
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