A pesar de la enorme proliferación de banderas azules en nuestros litorales, lo cierto es que el agua del mar es una fuente inagotable de contaminación por la terrible acción, como viene siendo habitual, del ser humano.
De esta forma, si el agua donde vamos a realizar el baño está contaminada, nuestra piel será la primera en sentirlo y padecerlo puesto que rápidamente enfermará, cambiando de color, con sarpullidos, erupciones y otras molestias, ocasionadas por la mala calidad del agua. Entre las enfermedades más comunes por la mala calidad del agua del mar se encuentran las gastrointestinales, infecciones en los oídos, males respiratorios y erupciones en la piel.
Por todo ello, los niños, las personas mayores y las que tienen el sistema inmunológico bajo son los más vulnerables y los que más precauciones han de tener a la hora de realizar el baño en la playa, razón por la que las autoridades recomiendan hacer caso de las indicaciones de Cruz Roja así como de las banderas verdes apostadas en lugares visibles, donde vamos a ejercer ese placentero baño veraniego y evitaremos bañarnos si las banderas que ondean no son de este color.
Igualmente, se recomienda a los padres y tutores estar al tanto de sus hijos durante varios días puesto que existen síntomas que no se manifiestan hasta que no transcurren unos días desde la infección. Igualmente, deberemos tener en cuenta que aquellas playas en las que desembocan diversos sistemas de drenaje fluvial o incluso industrial o incluso que están encerradas tienen muchas más probabilidades de tener agua contaminada, que otras que no lo son.
Es mejor nadar en las playas que tienen su distintivo de bandera azul y en el que el aspecto general de la misma sea incluso atractivo de ver, tras un primer vistazo.
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