Acné y estrés

El estrés, la ansiedad y el cansancio se pueden ver reflejados en la piel de diferentes formas, con la aparición de arrugas, líneas de expresión, ojeras y también acné. El estrés puede desencadenar una serie de reacciones que pueden generar acné o profundizar el acné ya existente.

Si bien siempre se sospechó la relación entre el estrés y acné, no fue hasta el año 2003 que se publicó en la revista Archives of Dermatology una investigación científica. En ella se concluyó que antes ciertas situaciones de estrés, se producía una mayor incidencia de acné.

Si bien no se sabe a ciencia cierta cómo se produce este proceso, se conoce que las células que producen el sebo tienen relación con los receptores de las hormonas de estrés. De esta forma la grasa se mezcla con células muertas de la piel y las bacterias obstruyendo los folículos del pelo, dando lugar al acné. Si una persona tiene predisposición a tener a acné y experimenta estrés, se produce más sebo que obstruye los folículos pilosos para formar el acné.

Si bien existen diferentes tratamientos para curar el acné, es importante prevenirlo, poniendo en práctica una serie de técnicas de relajación y para reducir la tensión y el estrés; así como también llevar adelante una alimentación adecuada para tratar y reducir el acné. De esta forma la relación entre el estrés y el acné se reduce, impidiendo que este aparezca.