A todos nos gustaría tener éxito en la vida. Sin embargo, no todos lo logran. Mientras que algunas personas parecen obtener un éxito tras otro, los demás apenas logran salir adelante.
Tienen ideas, pero nunca las ejecutan.
Se fijan metas, pero nunca las logran.
Tienen sueños, pero nunca los alcanzan
Y en algún momento de su vida sucumben ante la idea de que probablemente no tienen las condiciones que se requieren para ser exitosos como ciertas otras personas. Otros no tienen muchas aspiraciones en la vida y se conforman con lo que tienen. Simplemente no perciben la necesidad ni la posibilidad de superarse y de lograr más en la vida. Y nunca faltan aquellos que creen que el éxito tiene un ingrediente significativo de suerte y que simplemente no les tocó a ellos.
¿Cuál es entonces el secreto para el éxito?
¿Todos pueden ser exitosos o es un destino reservado sólo para unos pocos?
¿Qué diferencia hay entre una persona exitosa y las demás?
En primer lugar, el éxito no es un accidente ni es cosa de suerte. Cuando vemos a una persona exitosa muchas veces desconocemos sus luchas, sus fracasos y el arduo trabajo que la llevó al lugar en el cual todos la admiran y le aplauden. En vez de alimentar nociones románticas sobre sus éxitos, deberíamos tener siempre presente que esa persona ciertamente vivió momentos en los cuales primaron "la sangre, el sudor y las lágrimas" sobre cualquier retribución ya sea monetaria o de otra índole.
La parábola de los talentos
En la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30) se cuenta la historia de un señor (Dios) que reparte talentos a sus siervos (los hombres) y después se va lejos. Después de muchos años vuelve para evaluar el desempeño de sus siervos. Lo interesante es que no reparte la misma cantidad de talentos a todos los siervos. Uno recibe 5, otro recibe 2 y otro más recibe sólo un talento, de acuerdo a sus habilidades. Sin embargo, queda claro que el señor espera que todos multipliquen sus talentos, independientemente del número que hayan recibido. Al final de la historia reconoce el rendimiento de los siervos fieles por igual y se enoja con aquél quien no incrementó su talento.
Podemos aprender mucho de ésta historia:
- 1 En primer lugar, Dios ha dejado a nadie con las manos vacías para desarrollarse e incrementar en la vida. Todos tenemos al menos un talento con el cual tenemos la posibilidad de prosperar.
- 2 En segundo lugar, el desarrollo de nuestro(s) talento(s) no es una opción, es una responsabilidad. Todos somos llamados a incrementar lo que Dios nos ha entregado, no sólo para beneficio propio, sino para aportar a nuestra comunidad.
- 3 En tercer lugar, no todos tenemos el mismo propósito en la tierra. Algunos tienen mayores responsabilidades que otros, porque tienen el llamado de influenciar más vidas. Estas personas normalmente se convierten en personas más públicas y son las que tildamos como personas de éxito, porque los medios de comunicación las estereotipan como tales.
Ahora que sabemos que no sólo podemos tener éxito en nuestra vida, sino que es nuestra responsabilidad incrementar en todas las áreas de nuestra vida, le quiero enseñar 5 áreas en las cuales usted se tiene que desarrollar más para poder multiplicar con éxito aquél talento o talentos que Dios le ha dado:
Las áreas en donde más se desempeñan las personas exitosas
Las personas que triunfan en la vida se han desarrollado en al menos 5 áreas importantes:
Área psicológica
Sin duda es la más importante, ya que la mente es la que últimamente decide entre el éxito y el fracaso. Si usted desea tener éxito en la vida, usted tiene que aprender a dominar los pensamientos negativos que diariamente invaden su mente. Si usted quiere que las cosas cambien en su vida exterior, primero tienen que cambiar internamente. Usted tiene que poder visualizarse como una persona de éxito, no de fracaso. Programe su menta para el éxito y el éxito vendrá.
Área fisiológica
Personas triunfadoras tienen un nivel más alto de energía que los demás. No necesariamente sean personas deportistas, pero saben cuidar su cuerpo para rendir al máximo durante su día. Así logran mantenerse alertas para ver oportunidades que otros pasan por alto. No se cansan ni se quedan dormidos, ya que se preocupan de su alimentación, sus horas de descanso y hacen ejercicios regularmente.
Área productiva
Personas de éxito son más productivas. Para muchos el ser más productivo significa aumentar la cantidad de trabajo. Sin embargo, la mayor productividad de una persona de éxito no radica en que trabajen el doble que los demás, sino que administran sus 24 horas diarias de otra manera. No necesariamente trabajen más, pero son más eficientes en lo que hacen. Se organizan, se dedican a lo que saben hacer bien y el resto lo delegan.
Área de influencia
Todos tenemos cierto círculo de influencia. Siempre nuestros actos influyen en la vida de otros en mayor o menor grado. Las personas que triunfan en la vida están concientes de que su éxito depende de su capacidad de influenciar y de persuadir a las personas que tiene a su alrededor a favor de sus ideas y proyectos.
Sentido de propósito
Subyacente a todas las áreas anteriores se encuentra un fuerte sentido de propósito que literalmente propulsa a la persona exitosa hacia adelante. Tiene una visión clara de lo que quiere lograr y normalmente sus aspiraciones van más allá de una retribución meramente económica. Ejecuta su labor diaria con pasión, ya que alberga un gran sueño en su corazón.
4 Comentarios en "Parábola de los talentos: ¿por qué el éxito no es para todos?"
excelente articulo, gracias
es cierto eh muchos tenemos sueños planes y metas pero decimos k si lo hare y lo hare pero nunca llega el momento de ejecutarlo, gracias por el articulo interesante
Gracias por compartir sus conocimientos, y sus experiencias.
es cierto, los pensamientos ya sean negativos o positivos influyen en el exito o fracaso que quieran tener.todos tenemos capacidades diferentes y si los explotamos al maximo seremos exitosos.