El desarrollo psico-afectivo del adolescente tiene a la sexualidad como una de sus principales características. A partir de los 12 años aproximadamente, tanto en el varón como en la mujer, aparecen signos físicos que marcan la entrada en la adultez física, en cuanto a lo que es por un lado la aparición del semen en el varón y de la menstruación en la mujer.
Esto puede repercutir de diferentes formas en el adolescente, como por ejemplo, sentimientos de pérdida y estados depresivos a causa de la niñez perdida. Es importante acompañar este proceso del adolescente respetando sus tiempos, sus silencios y hasta sus conductas extravagantes. En la medida que el adolescente lo acepte se puede intentar hablar con el o ella para abordar el tema y cualquier duda que pueda tener.
En el caso de que la situación no se pueda atender por parte de los padres, siempre es bueno solicitar ayuda a algún consejero especialista en adolescentes y familia como por ejemplo, un psicólogo.
No se recomienda negar la sexualidad del adolescente y evitar la comunicación con el o la joven y menos aún, mentirle sobre lo que le sucede. Hay que asumir que los hijos crecen y esto implica asumir el propio envejecimiento de los padres. Además, es importante hablarle con claridad para que el adolescente asuma con normalidad estos cambios en su desarrollo. Esto le servirá para desarrollar su sexualidad adulta de la mejor forma en su futuro.
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