Los tanques de agua y las bañeras de flotación se convierten en la alternativa a los jacuzzis en la búsqueda del relax y del bienestar físico y psíquico.
Ahora, los tanques de agua y las bañeras de flotación se unen a la familia de relajantes que se instalan en los centros de salud, balnearios, centros de spa, gimnasios y demás instalaciones en las que se busca el relax, por esencial y necesario. Así, los tanques o bañeras de flotación permiten combatir el estrés y el agotamiento por la sensación que reporta al organismo flotar en el agua para lograr el relax físico.
La relajación mental y física se obtiene a través de la técnica de la flotación del cuerpo en el agua, pero sin tener que realizar ningún ejercicio ni esfuerzo físico. Así, desde una simple bañera se puede combatir el cansancio psíquico y el estrés. Al agua podemos añadir sales que eliminen el efecto de la gravedad y logre la distensión de nuestros músculos. Con ello, se reduce la tensión del cuerpo y la mente, sin técnicas complicadas y sin necesidad de tratamientos costosos.
Por ejemplo, el centro City Yoga de Madrid cuenta con un tanque que mide 2,50 metros por 1,60 metros y se sitúa en una habitación privada, aislada del entorno. En dicho tanque se mezclan 300 kilos de sales de Epsom con 600 litros de agua, con lo que se crea una solución de 25 centímetros de profundidad. La temperatura del agua es algo superior a los 36 grados, muy similar a la del cuerpo. La sesión dura una hora, pero en palabras de la directora del centro, Francesca Zúñiga "el descanso equivale a una profunda siesta de seis u ocho horas ya que el cuerpo está suspendido como si estuviese flotando en el Mar Muerto, en donde no es necesario nadar para flotar', añade.
Las sales Epsom están compuestas por sulfato de magnesio y se encuentran en aguas termales, además no irritan, suavizan la piel y ayudan a desintoxicar el organismo. Su efecto en la epidermis es diferente al de las sales marinas y al de otros cloruros sódicos ya que no tiene un impacto agresivo.
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