Los pesticidas en el té, materia de discusión

La excelencia, sin duda alguna, es algo que se quiere alcanzar siempre en todo aspecto de la vida. Y el té no es la excepción, ni mucho menos. Uno quizás ve solamente la taza llena, pero detrás de eso hay mucho trabajo de toda clase. Así es como se mantienen charlas y discusiones entre países productores para ponerse de acuerdo y obtener un producto de mejor calidad.

La United Nations Food and Agricultural Organization (FAO) tuvo en Indoneisa su reunión anual concerniente del grupo que se encarga de debatir sobre el té. Y los niveles de pesticidas empleados en los productos fue una de las materias de discusión más relevantes que hubo. Parece que todavía no hay acuerdo.

Si bien todos parecen estar de acuerdo en querer rebajar la cantidad de pesticidas en el té, los permitidos varían muchísimo de país en país. Japón autoriza unos 200, la Unión Europea unos 140, mientras que en los Estados Unidos la lista es bastante menor. Y este desacuerdo es lo que parece hacer costar bastante un proceso de unificación y disminución en el uso de esta clase de productos.

Y es que no obedece precisamente a un capricho esta cuestión. Según encuestas realizadas en los Estados Unidos, la gente piensa que el consumo de pesticidas está asociado a problemas tales como alergias alimentarias. Y estudios científicos así lo ratifican, razón por la cual no es lo ideal que los pesticidas tengan tanto protagonismo en una bebida que pretende ser completamente pura.

Lo orgánico siempre es una excelente opción

Pero, por suerte, todos tienen la oportunidad de elegir su propio té y de saber que hay algunos con procedencia orgánica certificada, que están completamente libres de pesticidas y agrotóxicos de cualquier índole. Esta puede ser una excelente opción para gozar de un té de buena calidad que no contengan residuos químicos.

En todos los países suele conseguirse té de estas características, siendo una excelente alternativa al té en bolsitas, plagado de pesticidas. Por eso mismo, es cuestión de indagar en el mercado y empezar a buscar alternativas que te hagan sentir mejor cuando las consumas.