Las relaciones de trabajo han venido cambiando desde hace muchos años, pero sin embargo se ha visto una aceleración de dichos cambios como efecto de la crisis global, primero financiera y luego económica. Es por eso que, cada vez más personas, se deciden a montar su propia empresa como respuesta a la inestabilidad laboral y salarial que afecta a grandes organizaciones.
Pero el decidirte a iniciar tu microemprendimiento es una cuestión de actitud, y ésta se obtiene a través de la reproducción cultural en la que interaccionas socialmente, como puede ser tu entorno familiar, o se adquiere académicamente por medio de una metodología determinada. Sin embargo, no todo se reduce a aprender una técnica y aplicarla, porque el entorno real no es mecánico y rígido, sino cambiante y dinámico.
Se trata, por tanto, de asimilar las capacidades emprendedoras, que tiene mucho que ver con la motivación y la inspiración. De esta manera, la barrera de entrada para organizar una microempresa, es más una cuestión mental que de entorno social con las condiciones económicas y políticas ideales.
Como Steve Jobs y su amigo Steven Wozniak cuando en 1976, en el garaje de Job abrieron ?Apple Computer Inc? con solo 1300 dólares. Con esto no trato de extrapolar una situación, sino mostrar el ejemplo de actitud mental óptima a pesar de las circunstancias adversas.
Ya se ha demostrado que el camino del microemprendimiento es clave para el desarrollo económico, generador de trabajo genuino y riqueza. La tarea de iniciarlo es sólo tuya.
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