Sin dinero es muy difícil en una sociedad moderna que puedas cubrir tus necesidades básicas, como comer, vestirse, y otras de nivel superior como ser propietario, obtener seguridad, formar una familia, entre otras.
La situación más habitual es que poseas un nivel de ingreso de efectivo sin necesidad que sea exactamente de un trabajo, ya que puede deberse a una pensión, herencia, beca o cualquier otro medio.
Lo importante es que la educación en finanzas te permite que ese ingreso líquido pueda incrementarse o al menos permanecer estable para que no sufras grandes imprevistos.
Las bases del buen comportamiento financiero son:
- El ahorro
- La inversión
El ahorro permite la acumulación de un capital, dando un respaldo material y hasta emocional entre aquellos que pueden realizarlo. No es lo mismo afrontar un imprevisto con tus propios ahorros, que estar obligado a pedir ayuda financiera, lo que implica el correspondiente costo del dinero (costo de oportunidad).
La inversión es una cuestión más sofisticada y que requiere de cierta actitud de riesgo y conocimiento específico para no caer en trampas. Básicamente, la inversión te brinda la posibilidad de incrementar el capital acumulado y de hasta recibir un ingreso extra periódico. Es comparable a un salario sin que hayas dedicado horas de trabajo para ganarlo.
Para ambos factores es preciso establecer objetivos a corto y mediano plazo, absolutamente alcanzables. Por ejemplo, ahorrar el 10% de tus ingresos mensuales para juntar rápidamente un monto de dinero que irás a colocar a plazo fijo a un Banco Comercial a una tasa de interés dada.
El sencillo ejemplo anterior muestra la decisión de planificar que lleva a ahorrar e invertir. Si no lo formalizas como un objetivo a cumplir es muy poco probable que esa cuenta se haya abierto y comenzado a rendir sus frutos. Por tanto, el conocimiento es absolutamente necesario, pero la decidida actitud para llevarlo a cabo es fundamental.
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