Las mujeres quieren trabajar por satisfacción personal

Un estudio trasnacional elaborado en Palencia sobre las dificultades del acceso de las mujeres al mercado laboral pone de manifiesto que un 60 por ciento de las encuestadas quiere trabajar por una cuestión de satisfacción personal.

La gran mayoría de las mujeres encuestadas en el estudio; esto es, un 60 por ciento, señala que quiere sentirse útil fuera del hogar y aceptaría cualquier condición laboral, excepto tener que residir en otra ciudad o lejos de su familia y que conseguir un trabajo es una meta para colmar sus expectativas personales. Así, según manifiesta Soledad Caballero, coordinadora del estudio, las mujeres "necesitan sentirse útiles fuera del hogar, sienten la necesidad de desarrollarse», señala.

Palencia acogió el Encuentro Trasnacional del Proyecto Common Work for the Future -dentro de la iniciativa comunitaria Equal-, en el que participa Palencia junto a otras dos ciudades europeas: Brest en Francia y Rybnik, Polonia. En el seminario se pusieron en común las conclusiones del estudio, realizado entre colectivos con mayor riesgo de exclusión social, como los mayores de 45 años, las mujeres gitanas o los inmigrantes. Así y siguiendo los datos proporcionados, solo cinco de cada diez mujeres, se sienten motivadas para trabajar por dinero, lo que hace que las necesidades económicas sean la segunda motivación, por debajo de la satisfacción personal. De hecho, el 60 por ciento de las encuestadas aceptaría cualquier condición laboral, incluso cobrar como sueldo el mínimo interprofesional (72 por ciento), cualquier tipo de horario o jornada laboral (60 por ciento) y cualquier modalidad de contrato (54 por ciento), por el mero hecho de colmar sus expectativas personales y sentirse útiles, como leif motiv primero. A pesar de ello, la gran mayoría manifiesta que no estaría dispuesta a abandonar su residencia habitual o cambiar de ciudad para trabajar, ya que únicamente dos de cada diez aceptarían hacerlo.

El papel de madre tiene un gran peso a la hora de aceptar un contrato, a pesar que la inmensa mayoría (72 por ciento) asegura compartir las responsabilidades familiares y sentirse animadas a trabajar por los miembros de su familia (78 por ciento).